Aspecto de una de las paredes del templo. :: ÓSCAR CHAMORRO
CÁDIZ

«El único enemigo de Santa Cruz es la humedad que hay en su entorno»

El párroco de la Iglesia reconoce que las obras de rehabilitación están sin terminar, pero que con la intervención no acaba el problema

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Guillermo Domínguez Leonsegui, párroco de la Iglesia de Santa Cruz, lleva diez años echándole un pulso a la humedad para que no devore las entrañas del templo que regenta. Dice que las obras de rehabilitación -emprendidas hace dos años por la Junta de Andalucía, en la que se sanearon cubiertas y paredes, además de la intervención en el Retablo Mayor, el de los Genoveses y el de la Coronación-, salvaron esta iglesia del ostracismo. Pero que esa restauración quedó inconclusa debido a la exposición 'Andalucía Barroca', que se instaló durante unos meses en la Catedral.

Leonsegui lo dice en un tono afable, sin recriminaciones, ajeno a las palabras del teniente de alcaldesa, José Blas Fernández, del pasado jueves, en las que instó a la Junta a terminar la rehabilitación y eliminar las humedades. Y es que los arquitectos que han hablado con el párroco coinciden: el problema de las filtraciones no tiene una solución definitiva. «Los cimientos de la Iglesia están prácticamente tocando el agua del mar. Y encima estamos hablando de un templo de ocho siglos que está ubicado a tan sólo seis metros de la playa». La humedad está cosida al edificio. Es su enemiga más acérrima.

Son dos actuaciones puntuales las que están aún pendientes por parte de la Administración, «que ni siquiera provocarían el cierre de la misma». Una en el torreón, «donde hay que colocar piezas de mármol para el zócalo e instalar el aire acondicionado, algo que mitigaría los efectos de la humedad». La otra intervención que quedó pendiente en noviembre de 2007 fue en el Altar de los Genoveses, «donde hay que conectar una pared radiante, que es la que evita que la humedad traspase los muros y llegue hasta el retablo, dañando las obras».

¿Y qué dice la Junta? El gobierno autonómico tiene el expediente encima de la mesa. «Me dicen que hay que esperar los trámites. A mí me consta que Cultura tiene interés en que la obra acabe, el problema es que las cosas oficiales van despacio». Es el propio Leonsegui quien cuenta los trámites precisos: «La Junta tendría que buscar otra empresa cualificada, ya que al tratarse de un monumento BIC (Bien de Interés Cultural) requiere del reconocimiento del Ministerio, luego habrá que esperar el concurso de acreedores, el tema económico... ¿Cuándo se llevarán a cabo las obras pendientes? Yo no me atrevo a dar plazos, pero se harán, eso espero».

Apoyo de la feligresía

Santa Cruz necesita un mantenimiento constante. «Si no estamos encima, cada seis meses es como si nunca se hubiera hecho nada. Todas las reformas que se acometen se hacen pensando en lo mismo. En la humedad». Es como una obsesión. A las palabras de Leonsegui se une la de la feligresía. «Ellos están siempre pendientes, y más este invierno, con las lluvias que hemos tenido».

La última actuación urgente a la que se vieron obligados fue a retirar todas las rejas. «Eran de hierro y la humedad se la había comido. Eso sí que fue un error. Lo ideal hubiese sido ponerlas de hierro marmolizado o algún material similar».

En su pulso diario, su empeño por ganar la batalla contra el agua, Leonsegui se ha convertido en experto en la materia.