Editorial

Seguridad multilateral

La cita de Obama en Washington refleja su voluntad de ejercer el liderazgo mundial

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A pocos días de firmar en Praga un acuerdo histórico con el presidente de Rusia para reducir el arsenal nuclear, Barack Obama reúne hoy en Washington a los líderes de 46 países para abordar el control de material radioactivo en su poder. La convocatoria refleja su voluntad de ejercer un firme liderazgo mundial pero con carácter multilateral. La cumbre internacional en suelo norteamericano más nutrida en sesenta años persigue garantizar que los arsenales nucleares no sean vulnerables a asaltos y reducir el riesgo de que grupos terroristas se apropien de uranio enriquecido y plutonio. La multitudinaria cumbre debería superar los actuales convenios de no proliferación y establecer una obligación internacional por la que los gobiernos blinden este tipo de material no sólo en fase de transporte, sino en toda circunstancia. A la reunión acudirá el presidente Zapatero, que tendrá una nueva oportunidad para estrechar vínculos con Obama. Antes de inaugurarse la reunión, Benjamín Netanyahu suspendió su viaje evidenciando las tensas relaciones que mantiene con Barack Obama, que no cesa de exigirle mayores esfuerzos para reactivar el proceso de paz de Oriente Próximo. También ha pesado en el ánimo de Netanyahu el deseo de librarse de las críticas de países árabes por la política nuclear hebrea contraria a los esfuerzos de no proliferación. De hecho, una cuestión central de la cumbre abordará la actitud de Irán y el posible endurecimiento de las sanciones por su programa nuclear encubierto. La pregunta capital que deberán responder los convocados en Washington es si es posible constituir a medio plazo un ámbito geográfico libre de armas nucleares en Oriente Medio que supere el escenario de una carrera armamentística a la que se sumarían otros actores como Arabia Saudí emulando a Irán. En cualquier caso, la reunión de Washington acredita que Barack Obama está dispuesto a ejercer el liderazgo internacional que le corresponde como presidente de la única superpotencia y de la primera democracia del mundo. Los resultados de este renovado esfuerzo de seguridad nuclear no se verán a corto plazo pero constituyen pasos esenciales para afianzar la paz mundial.