CÁDIZ

Los naranjos de Cádiz se quedan sin azahar y sin olor

Las podas «excesivas» y la falta de espacio para que crezcan las raíces impiden su floración, a pesar de la primavera

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No todos los árboles han florecido con la llegada de la estación más cálida. La primavera no ha llenado las calles de Cádiz del olor a azahar que dejaban en el aire los naranjos plantados en el centro histórico. Algunos vecinos de la calle Benito Pérez Galdós lo han echado de menos este año, al igual que en otras zonas donde se eligió esta misma especie para decorar las calles.

La experta paisajista, María Medina explicó los motivos por los que, año tras año, las flores de estas plantas han dejado florecer. Esto ha hecho que se pierda el característico olor de los naranjos, a la vez que sus frutos. La poda inadecuada es una de las claves que han producido este fenómeno. «Los naranjos no se podan, se pueden limpiar si tienen alguna rama muerta o recortar» explica Medina quien señala que las modas masivas que dejan al árbol sin ramas son, en este caso, «totalmente inadecuadas».

«La brotación de chupones provocados por esta poda exagerada es motivo suficiente para que dejen de florecer y, por tanto, no fructifiquen ya que son estos mismos chupones los que no pueden dan flor». Además esta experta en arbolado y paisaje urbano explica que el naranjo requiere, además, de un terreno profundo, fertilización y, a veces, tratamiento fitosanitario. Los alcorques inapropiados con «el mismo diseño que una farola» les impiden desarrollar sus raíces y por consiguiente, que el árbol esté sano. María Mediana que ha escrito varios libros sobre las especies más idóneas y el tratamiento que deben recibir los árboles de ciudad, plantea que las mínimas condiciones necesarias para que los naranjos puedan florecer y dar sus frutos son por un lado, que estén bien plantados y posean un alcorque suficientemente amplio, y por otro que se encuentren en una zona acorde con las necesidades de la especie.

Un cuidado adecuado

El desarrollo de una política de árboles y jardines es una de las demandas que plantea Medina. Los naranjos vuelven a ser un ejemplo de la falta de cuidado que tienen los árboles de muchas calles y plazas de la capital. «La elección de las plantas no se hace en base al clima y en muchos casos se hace con desconocimiento, como ocurre con las palmeras que son una planta muy cara», señala.

Para que los naranjos den frutos deben reunir una serie de condiciones. La primera de ellas es el clima, ya que el frío pueden acabar no sólo con el fruto, sino con el propio árbol. Es también importante la calidad de la tierra e influye mucho la orientación, que a ser posible debe estar mirando hacia el ecuador para estar preservado de los fríos vientos y recibir más horas de sol.