ESPAÑA

Un anticlerical en Roma

Zapatero es considerado por el Vaticano un laicista, aunque ha subido la asignación tributaria

MADRID. Actualizado: Guardar
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¿Comulga con la realidad la imagen de peligroso laicista radical que tiene el Vaticano de Zapatero? Para unos es una exageración. No se olvide que fue durante el primer Gobierno de Zapatero cuando se subió del 0,5% al 0,7% la asignación tributaria y se convirtió en indefinida esta fórmula, que hasta entonces era provisional. En segundo lugar, también durante la Administración socialista se ha convertido a los profesores de religión en «servidores públicos», con una situación laboral equiparable a los docentes interinos. «La jerarquía católica española está acostumbrada a vivir del Estado. Los obispos son gente mayor que no ha hecho un esfuerzo para adaptarse al marco constitucional», arguye Oscar Celador.

Zapatero ha dicho por activa y por pasiva que los acuerdos Iglesia-Estado, que tienen rango internacional, no los va a cambiar. Se trata de un convenio que en mucho de sus apartados es ventajoso para la Iglesia católica. Por ejemplo, gracias a ellos la institución católica está exenta del pago de todo tipo de impuesto, salvo el IVA. «Si de verdad se hubieran cumplido los acuerdos entre España y la Santa Sede, hace más de 15 años que el Estado no financiaría a la Iglesia católica», dice Celador.

De este parecer disiente Jorge Otaduy, quien remarca que la financiación de la Iglesia es verdad que ha mejorado, pero este progreso no es una «gracia ni una concesión» que hace el Gobierno a la Conferencia Episcopal, sino el cumplimiento de un mandato legal recogido en los acuerdos. En cualquier caso, es el mismo Zapatero al que unos pintan como ogro anticlerical el que asistió en Washington el 4 de febrero al Desayuno Nacional de Oración, convocado por el grupo cristiano conservador 'The Fellowship'.

Dentro incluso del PSOE perviven sensibilidades distintas. El grupo federal Cristianos Socialistas es mucho más contemporizador con la Iglesia que el resto del partido. Jordi López Camps, miembro de Cristianos Socialistas y ex director general de Asuntos Religiosos de la Generalitat de Cataluña, admite sin ningún problema que vive en una comunidad donde «las relaciones entre la Iglesia y el poder político son excelentes».