Un técnico impide el paso de reporteros extranjeros a una zona de la planta de conversión de uranio iraní de Isfahan. :: EFE
MUNDO

China pierde la paciencia con Irán

Pekín accede por primera vez a discutir un paquete de sanciones contra el plan nuclear de Teherán

PEKÍN. Actualizado: Guardar
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Tras meses de cerrarse en banda para agotar la vía del diálogo, China parece ahora dispuesta a discutir una resolución que contemplaría nuevas sanciones de la ONU contra las aspiraciones nucleares de Irán. Como miembro permanente del Consejo de Seguridad, su papel resulta fundamental, no sólo por su derecho de veto, sino también por su labor mediadora con el régimen teocrático de Teherán, que Pekín explota al máximo.

«China ha accedido a sentarse y empezar negociaciones serias aquí en Nueva York. como un primer paso para conseguir que se debata una serie de duros castigos contra Irán», anunció ayer a la CNN la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Susan Rice. Horas antes, el propio presidente Obama afirmó que esperaba que «en cuestión de semanas» Naciones Unidas aprobara un nuevo paquete punitivo ya acordado con su homólogo francés, Nicolás Sarkozy, con quien se reunió en la Casa Blanca el pasado martes. «Esperamos tener esto listo durante esta primavera», añadió.

Sarkozy, por su parte, defiende que «ha llegado el momento de tomar decisiones» y aclaró que, junto con la canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro británico, Gordon Brown, realizarán «todos los esfuerzos necesarios para que Europa, como conjunto, apoye esta iniciativa».

Preocupación

Aunque el portavoz de Exteriores chino, Qin Gang, no confirmó un cambio de actitud sobre Irán, sí explicó que su Gobierno había participado en las conversaciones telefónicas preparatorias para una cuarta ronda de sanciones. «China se opone a que Irán posea armas atómicas, pero al mismo tiempo pensamos que, como Estado soberano, tiene el derecho a desarrollar un programa nuclear con fines pacíficos», aseguró Qin, quien se mostró «tan preocupado por la actual situación» que fortalecerá «la cooperación con todas las partes para alcanzar una solución negociada y pacífica». Según difundieron ayer varias agencias, Qin matizó que, de cualquier manera, «se continuará con su esfuerzo para alcanzar una resolución pacífica».

Con este cambio de postura por parte del gigante asiático, el Grupo 5+1 -los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (China, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Rusia) más Alemania- podrán comenzar a perfilar en los próximos días el borrador de la resolución contra el régimen persa.

El futuro texto podría contemplar un castigo para las actividades económicas de la Guardia Revolucionaria iraní y hasta tal vez incluiría una prohibición total de ciertas transacciones comerciales con Teherán. También se ampliaría la lista de ciudadanos persas que verían congelados sus activos en el exterior y denegados los visados para entrar en otros países. Asimismo, habría una serie de entidades financieras del régimen que preside Mahmud Ahmadineyad que no podrían hacer negocios en le exterior.

El 'poder blando'

Consciente de su importancia y utilizando diplomáticamente su habitual 'poder blando', el régimen de Pekín pretende aprovechar la baza iraní de cara a las potencias occidentales. Sin China no habrá nuevas sanciones, lo que le da una posición de fuerza en un momento especialmente tenso con Estados Unidos por la reciente reunión del presidente Obama con el Dalai Lama y la venta de armas a Taiwán.

Mientras juega esta carta, ayer llegó a la capital china el negociador nuclear iraní, Saeed Jalili, quien se entrevistó con el titular de Exteriores, Yang Jiechi. Además del programa atómico de Teherán, entre los asuntos a tratar figuran las cada vez mayores relaciones económicas entre ambos países. Entre petróleo y gas, Irán ya aporta el 11% de la energía que consume China, que se ha convertido en el principal socio comercial del régimen teocrático. «La relación entre Irán y China es muy importante, y es muy importante para nuestros dos países cooperar en todos los asuntos», declaró Jalili.

Por eso, los analistas internacionales coinciden en que Pekín intentará rebajar las sanciones que debata el Consejo de Seguridad para no dañar sus lazos con Irán ni mermar su capacidad mediadora con las potencias occidentales.

Tratando de recomponer las deterioradas relaciones con la Casa Blanca, el presidente chino, Hu Jintao, participará además en una cumbre nuclear que se celebrará los días 12 y 13 de este mes en Washington.