Editorial

Cerco democrático

La izquierda 'abertzale' tiene menos de un año para romper con ETA

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La obstinación de ETA en tratar de imponerse a la sociedad democrática mediante el terror y la supeditación de la izquierda 'abertzale' al dictado de la banda han conducido a la trama que componen ambas realidades a un callejón cuya única salida es la renuncia a la violencia sin condiciones y sin esperar beneficio alguno por parte del Estado de Derecho. Asesinato tras asesinato, los etarras y sus voceros han dado muestras de tal crueldad e inmovilismo que nadie está dispuesto a concederles un ápice de confianza en que puedan avenirse por sí mismos a las reglas de la libertad, ni a acudir en su ayuda para facilitarles unos pasos que se resisten a dar. Lo máximo a lo que pueden aspirar los terroristas es a tratar de perpetrar atentados con la única perspectiva de engrosar el listado de etarras condenados, mientras que la izquierda 'abertzale' no puede eludir la disyuntiva entre lograr que ETA opte por retirarse de escena o romper expresamente con la banda. De hecho, a la izquierda 'abertzale' le queda menos de un año para lograr lo primero u optar por lo segundo. A no ser que prefiera seguir atada al destino sin escapatoria de la banda terrorista en vez de asegurarse un lugar en los próximos comicios locales y forales. Los esfuerzos que los dirigentes radicales hacen por simular que se sienten en la antesala de un próximo triunfo no son creíbles ni siquiera para los más entusiastas de sus seguidores. Su recurso a la intervención de dos o tres voces internacionales, como las de Gerry Adams o el sudafricano Brian Currin, para exponer argumentos favorables a una salida que preserve la historia compartida de ETA y la izquierda 'abertzale' no sirve más que para anestesiar a las bases radicales. Por su parte, la imperiosa necesidad que ETA está evidenciando de reactivarse y golpear de nuevo allá donde pueda está condenada a convertirse en un nuevo paso hacia el abismo, tanto para los integrantes de la banda como para las pretensiones de la izquierda 'abertzale'. A pesar del inadmisible error cometido por las autoridades francesas en la identificación de los activistas que participaron en el asesinato del brigadier Nérin, y de las carencias que refleja por parte de las fuerzas de seguridad del país vecino, ETA está abocada a un paulatino e irremisible desmantelamiento de sus estructuras. Un horizonte próximo que sólo podría eludir decidiéndose a disolverse ella misma.