Joaquín Cortés no irá a la cárcel y apelará la decisión del juez. :: EFE
Sociedad

La mala memoria de Cortés

El bailaor ha sido condenado por apropiación indebida de 700.000 euros y no recuerda en qué gastó el dinero

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La memoria o, mejor dicho, la desmemoria, ha vuelto a jugar una mala pasada al bailaor Joaquín Cortés, quien acaba de ser condenado a un año de prisión por apropiación indebida de 700.000 euros. El Juzgado de lo Penal número 29 de Madrid considera probado que Cortés se gastó el dinero de unos empresarios argentinos con los que pretendía abrir un local de ocio dedicado al flamenco. Los antecedentes del caso se remontan hasta 1998, cuando un grupo de inversores argentinos, con los que el bailaor y coreógrafo iba a montar una discoteca, se querelló contra él acusándole de no haber devuelto el dinero que habían aportado para el negocio, que finalmente no llegó a cuajar.

La sentencia considera a Cortés autor del delito, y a su hermana Mariana y a su administrador, Alfonso Durán, cooperadores necesarios en la apropiación indebida. Obliga a Cortés a devolverlo, y condena a los tres al pago de las costas del juicio. El bailaor, que ya ha anunciado su intención de apelar la condena, no ingresaría en prisión en ningún caso, por no tener antecedentes penales.

El hecho probado es que los socios, «deslumbrados» por los contactos que Cortés demostró tener con personalidades internacionales tan diversas como los Rolling Stones, Giorgio Armani o Maradona aportaron 700.000 euros para financiar el local de ocio nocturno, que se iba a ubicar en el número 85 de la calle Toledo, de Madrid. Para ello suscribieron un contrato privado con la sociedad Gaviota Morena S.L., de la que era administradora única la hermana de Cortés, Mariana, mientras el otro condenado, Alfonso Durán, figuraba como apoderado y gestor.

Tanto Mariana como Joaquín reconocieron estar informados de las transacciones mercantiles con los socios argentinos a través de Durán, aunque en ningún momento se precisa a qué destinaron el dinero. Siempre según la sentencia, Cortés dijo en un principio «no recordar» su paradero. Aún más, en lo que parece un episodio agudo de amnesia selectiva, el bailaor aseguró haber olvidado si los empresarios argentinos habían hecho, o no, aportaciones económicas.

Esta no es la primera vez que la desmemoria del artista le trae problemas en los tribunales. En septiembre de 2009, un juzgado madrileño le obligó a reconocer que es el padre de Samuel, el niño nacido de su relación con la guineana Katie Asumu, quien fue durante un tiempo su asistente personal. Como no había manera de que reconociera que el bebé era suyo, la mujer le llevó ante del juez. También entonces Joaquín aseguró «no recordar» si había mantenido relaciones sexuales con ella, o no.