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Fichaje estrella

Resulta temerario hacer modificaciones del Código Penal a golpe de telediario o de tertulia

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El padre de Mariluz ha fichado por el PP. Como ocurre con las transacciones de futbolistas en el mercado de invierno, también en política se refuerzan los equipos con figuras que le den una pátina de brillo o con nombres que les sirvan de coartada moral. Juan José Cortés, convertido en estrella mediática con su estampa de dignidad imponente ante la tragedia, es una incorporación poderosa para el final de la legislatura. Ya ha sido presentado junto a Rajoy como 'Asesor para la reforma del Código Penal'; y aunque resulte inquietante anteponer los padres de las niñas asesinadas a catedráticos y magistrados, esto encaja en la lógica posmoderna de la política manejada no por ideólogos sino por expertos en marketing.

Al PP le conviene un debate emocional más que racional; y las encuestas ya revelan que han mordido en buen sitio con la cadena perpetua, de modo que habrá tajada electoral. La gente no atiende a las exégesis de los constitucionalistas pero sí reacciona a las lágrimas de las víctimas, no soporta las argumentaciones técnicas pero se conmueve ante el entierro de un ataúd blanco de noventa centímetros, de modo que Cortés es un fichaje convincente, con el telón de fondo de Marta del Castillo, para el reto de ganar en 2012.

Esa es la clave. Este hombre destrozado sin duda busca consolar su alma haciendo campaña por la cadena perpetua; y el PP se hace con un as para emotivizar el debate y hacer triunfar el discurso de la debilidad del sistema penal español, la patente de corso para los delincuentes y la inseguridad colectiva. Es un espejismo muy rentable electoralmente. En España hay una tasa de delitos de apenas 50 por cada 1000 habitantes, lejos de los 70 de promedio en la UE y más de 100 en Reino Unido, y sin embargo España tiene record de presos, con más preventivos que en el franquismo. El éxito del discurso alarmista es haber difuminado esa realidad creando un clima opresivo de victimización, una percepción delictiva altísima bajo la psicosis de la vulnerabilidad. Ahí es donde el PP ha triunfado, con pocos escrúpulos pero con eficacia implacable.

El miedo no obedece a la realidad sino a la psicosociología recalentada por el tratamiento cada vez más sensacionalista de la crónica negra en los medios, un negocio tanto o más suculento que la crónica rosa. Desde luego hacer modificaciones del Código Penal a golpe de telediario o de tertulia resulta temerario, pero muy rentable. La apuesta del PP por la cadena perpetua, aunque se apoye en un discurso irreal, es ganadora. Y ahí se inscribe el fichaje del padre de Mariluz. Muchos pueden dudar si apoyar la perpetua, pero ¿cómo no apoyar al padre de una niña de cinco años asesinada por una bestia sin encerrar?