Tutto diseño

Nadie quiere sentirse un florero, estar de adorno o parecer un mueble. Salvo que sea en Milán. En ese caso, sí es para planteárselo e incluso sentirse orgulloso de estar hecho un cuadro o de quedarse a dos velas. La ciudad en la que hará dos meses un exaltado desfiguró la cara de Silvio Berlusconi celebra cada primavera I Saloni, un evento único en el planeta, donde todo tipo de mobiliario, hasta un retrete, es tratado infinitamente mejor que 'Il Cavaliere': con vistosos honores y sonados reconocimientos. Sillas, lámparas, aparadores, duchas, camas... salen de casa con sus mejores y más modernos diseños para dejarse ver, y desear, en 211.500 metros cuadrados de feria y hasta en los museos más exquisitos del país.

Y es que, si en el siglo II los romanos enseñaron a decorar las habitaciones con mosaicos y, en el XVI, fue Leonardo Da Vinci quien transformó en arte las sombras mientras Miguel Ángel vestía los lugares santos con desnudos, en el XXI Italia quiere seguir marcando los destinos del arte, las corrientes decorativas y los caminos del buen gusto. No escatima medios para ello: unas cuarenta personas llevan meses trabajando bajo las siglas COSMIT en la organización del Salón Internacional de Mueble y los Complementos, la Cocina y el Baño que, del 14 al 19 de abril, reunirá en Milán a 2.500 expositores de los cinco continentes. Las firmas más prestigiosas descubrirán a más de 300.000 visitantes, a la prensa internacional especializada y al mundo entero lo que mañana estará en nuestros hogares y, pasado, en los libros de Historia del Arte.

Los promotores del certamen lo tienen claro: esa estantería de Ron Arad en forma de espiral, la tetera simétrica de Andrea Branzi inconfundible por sus balbuceos, la confortable silla fabricada con muñecas de trapo por los hermanos Campana o la mesa de Fabio Novembre que descansa milagrosamente sobre patas de cordón flexible son tan obras maestras como los relojes del Palacio Real de Madrid o los tapices del Elíseo de París. Por eso, Cosmit, el Comité Organizador del Salón del Mueble de Italia, no se conforma con montar una feria al uso, ni siquiera con que sea la más importante del globo. Además de un espacio óptimo para el negocio, pretende convertir su gran cita anual en un lugar y un tiempo para el debate, reflexión y disfrute de la cultura y el arte.

Valientes soluciones

Oportunidades no faltan. El catálogo de actividades paralelas a la muestra comercial hará de la patria del Inter la capital mundial del diseño y el interiorismo entre el 11 de marzo y el 9 de mayo: desde conferencias sobre mobiliario de oficina a una exposición con las 450 creaciones donadas al Fondo de Ambiente Italiano, pasando por experiencias pioneras de colonización de museos antiguos por mobiliario moderno.

La misma presentación oficial de I Saloni constituyó un espectáculo en sí mismo. Se celebró la segunda semana de febrero en el Piccolo Teatro Grassi, a dos escaparates del impresionante Duomo, y la condujo Piero Chiambretti, popular showman televisivo, con la participación de actores, chefs o guionistas no menos conocidos. Sentados en el escenario y abrazados por un decorado propio del costumbrismo lorquiano, no tuvieron empacho en explayarse acerca de sus hábitos en el baño o en la alcoba. Setenta periodistas de 34 países fueron seleccionados para asistir a esta singular rueda de prensa que, tras dos horas de humor a la 'arrabiata' jaleado incluso por la alcaldesa de Milán, dedicó apenas los últimos cinco minutos al motivo de la convocatoria.

Fue entonces cuando, con la bandera del Reino Unido bordada en sus indiscretas zapatillas deportivas y la tricolor grabada en su condición de presidente de Cosmit, Carlo Guglielmi contó que más de la mitad de los visitantes del salón son extranjeros. Presumió, además, de que la feria «sigue creciendo», pese a que «una terrible crisis» se ha metido hasta la cocina de muchos hogares y ocupado el espacio de ese nuevo microondas que tanta falta hace.

Tan optimista panorama no es fruto de otro 'Milagro en Milán' por más que, según Guglielmi, el trabajo de los interioristas lombardeses merezca cuando menos un Oscar a la mejor dirección de arte doméstico. Responden a las estrecheces económicas y de espacio derrochando talento y convirtiendo lo accesorio en necesario y útil. Esa es la clave: por fin, el diseño contemporáneo se decide a resolver la ecuación entre estética y funcionalidad. Y el resultado son valientes soluciones decorativas que reportan la recompensa visual del arte pero que, a la vez, deben gran parte de su genialidad a la ciencia: han sido calculadas y medidas al milímetro para gustar, servir y durar. La inspiración ya no basta.

Freír sin aceite

Becara, Hanbel Easo, Mariner o Uno Design figuran entre las más de sesenta marcas españolas que ya han confirmado su presencia en el 49 Salón Internacional del Mueble. Con un total de 1.473 expositores, se trata de la más extensa de las seis ferias temáticas que este año se agrupan bajo el concepto global de I Saloni: Complementos, Eurococina, Tecnología para la Cocina, Muestra Internacional del Baño y el SaloneSatellite son las otras cinco.

Aunque cada una de ellas ocupa en la feria sus propios pabellones, el diseño las atraviesa todas. No conoce ni admite ya límites. Se encuentra hasta en la sopa, y en los fogones donde la preparan. Clásicas, ultramodernas, de plástico laminado, de madera, ladrillo, lacadas... el menú del XVIII Salón de la Cocina no puede ser más rico y variado. Incluye incluso dos postres que engordarán visiblemente la oferta y las dimensiones del certamen bienal: FTK y Todos a la cocina.

Las iniciales primeras denominan una plataforma para la evolución y revolución en el ámbito de los electrodomésticos y técnicas coquinarias. Se constituyó en 2002 y, en sólo cuatro ediciones, se ha consolidado como el lugar donde se cuecen todas las novedades, prototipos y líneas de trabajo de fabricantes como Bosch, Siemens, Electrolux o Miele. Cuatro son sus ingredientes -ergonomía, ecología, facilidad de uso y reducido tamaño- y múltiples las recetas ideadas.

Ya es posible, por ejemplo, freír sin aceite y ceder a los encantos del rebozado sin que pesen en la balanza y en la conciencia. No obstante, las croquetas de la abuela siguen siendo las mejores y las batallitas del abuelo en la sobremesa, deliciosas. Eso reivindicará Tutti a Tavola! (Todos a la mesa), un evento multimedia en el que participan figuras de la gastronomía, arte y cultura italianas. Del 14 de abril al 9 de mayo, recordará en Villa Reale, palacio neoclásico donde residió Napoléon, lo que ya sabían los césares: que un banquete vale más que mil buenas palabras a la hora de hacer negocios o amigos, estrechar lazos familiares o sentimentales. Nada mejor que beber los vientos por alguien en una copa de champán francés.

Que se entere de una vez Juan Palomo: lo de yo me lo guiso yo me lo como ya no se lo traga nadie. La mesa es cada vez más un lugar de socialización, de igual forma en que el lavabo deja de ser el refugio acomplejado de las urgencias terrenales para reivindicarse como el de los placeres celestiales. De las necesidades físicas a las espirituales. De lo escatológico a lo exquisito, a los mejores aromas y sonidos más relajantes, al culto al cuerpo y la belleza de la mano de la tercera edición del Salón Internacional del Baño.

Aunque lleva más de medio siglo como República, Italia reivindica con más fuerza que nunca el 'trono' y le dedica un espacio preferente en I Saloni. Retretes con luz, sensor para subir o bajar la tapa y música clásica incorporada, baldosas acabadas en piel, duchas que masajean los pies... se darán un baño de multitudes en los 14.000 metros cuadrados reservados a este certamen, también bienal y con 159 participantes inscritos.

Un baño celestial

Que se preparen los visitantes, no obstante, para ver las estrellas. El planetario Ulrico Hoepli proyectará también del 14 al 19 de abril 'Un baño celestial'. Quienes se animen a sumergirse en él serán poseídos por el espíritu de la belleza a través de una videoinstalación que une el universo de las diosas mitológicas con el paraíso sobrenatural en que hoy puede convertirse el WC.

De hecho, podrá llamarse de mil maneras -aseo, excusado, garita, inodoro, letrina...- pero lo que está claro es que ya no tiene nada de oficina. Al cuarto de baño se va a relajarse, ponerse en forma, recargar las pilas propias sin gastar, eso sí, las del planeta. Ecología y confort vuelven a ser las premisas de una feria que piensa en el futuro del diseño, pero también en el de la naturaleza y las generaciones venideras. Para estos jóvenes se abre el SalónSatellite, donde exponen sus proyectos 700 diseñadores que aún no han cumplido los 35 años pero sí su sueño de dar forma de mueble a sus ideas.

Ya lo saben. Están invitados a pasar a I Salone, pero no a tomar asiento. El diseño nunca descansa. Están en su casa. En la de mañana.