Manuel Chaves saluda durante la inauguración del congreso extraordinario. :: EFE
ANDALUCÍA

La emoción vence a Manuel Chaves en el día de su despedida

Pide confianza en Griñán y dedica especiales menciones a Luis Pizarro y Felipe González

SEVILLA. Actualizado: Guardar
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«Soy propenso a emocionarme, así que no me lo pongáis más difícil», comentó Chaves nada más subir al atril de oradores. Aguantó más de media hora, la que duró su amplio discurso de despedida, en el que no sólo echó la vista atrás para subrayar la transformación de Andalucía durante sus gobiernos socialistas, que él ha presidido 19 años, sino que se empleó a fondo en hablar del presente y del futuro, es decir, de plantarle cara a la crisis. Para ello pidió a su partido confianza, tanto en el futuro como en «Pepe» Griñán, su sucesor. «Quedan muchas cosas por hacer, y contaremos para ello con el mejor liderazgo, el de Pepe Griñán», dijo.

Pero al llegar al final del discurso, Chaves no aguantó y la emoción le quebró la voz. Fue cuando empezó a dar repaso a sus 45 años de militante socialista, cuando, mirando a la primera fila donde estaban su mujer, Antoñita, y sus hijos, les agradeció su apoyo y le pidió sus disculpas «por lo que hayais podido sufrir por causa de mi responsabilidad pública».

Pero especialmente emotivo fue el momento en el que agradeció su colaboración a la ejecutiva saliente, a los consejeros de sus gobiernos, a los compañeros de su partido y hasta a los periodistas con los que ha tratado. Sólo dos nombres mencionó en este capítulo de agradecimiento, los de Felipe González y Luis Pizarro. De Felipe González, que llegó al cónclave dos minutos antes que Chaves empezara a hablar, subrayó lo mucho que había aprendido de él, «y de quien tanto seguiré aprendiendo».

Pero fue al mencionar a Pizarro cuando se oyó el mayor aplauso hasta entonces de los asistentes al cónclave. Al terminar su discurso, ambos, Chaves y Pizarro, se fundieron en un abrazo. La imagen simbolizaba el final de una etapa en el socialismo andaluz, la que le ha dado seis victorias electorales, como recordó Griñán en su discurso en la tarde. El presidente compartió con todos los intervinientes en el congreso, desde Velasco, los secretarios provinciales a Leire Pajín y Blanco, los elogios a Manuel Chaves. Quiso zanjar cualquier sospecha de fricciones entre los dos políticos y reivindicó la amistad que les une. «Es mi amigo y basta», dijo, para a continuación reconocer a Chaves como artífice de la unidad del partido y de «todas las victorias». «Sin su figura no se podría entender el PSOE», sentenció.

Leire Pajín reivindicó a Chaves como patrimonio no sólo de los socialistas andaluces, sino también de los españoles ydestacó su aportación a la vertebración de España. Blanco sentenció: «Manolo Chaves es una de las personas a las que más se les quiere».