LA PATAÍTA

Por fin

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Este año ha tardado un poco más de lo acostumbrado pero ha llegado. Siempre hay algún artista que se atreve a echar un cantecito, que se arranca con unas letrillas aunque no sean todavía las dos de la tarde, esté a 'palo seco' y su escenario sea la tarima de la bodega de San Ginés. Sólo quedan tres días para que el Festival de Jerez 2010 baje el telón y ha sido Rancapino el que dio ayer unas palmaditas en la mesa y entonó unos segundos para defender a ultranza la pureza del cante, la «verdad del flamenco», como él la definió.

Los que vamos cada día a San Ginés pero no frecuentamos los espectáculos del festival agradecemos ese arranque espontáneo, protagonizado casi siempre por los cantaores (es más difícil marcarse un baile sentado a una mesa, obviamente). Nos recuerdan que las presentaciones de los espectáculos no son meras ruedas de prensa o, al menos, no deben serlo: allí no se dan datos ni se habla de cifras sino de sentimientos, de emociones, de técnica artística y de experiencias personales. El cantecito ha tardado en llegar pero ha servido para despertarnos a todos del letargo en el que acaba desembocando la rutina.