ESPAÑA

La izquierda y los nacionalistas avalan la nueva ley del aborto

Entrará en vigor a los cuatro meses después de que el Senado rechazara los tres vetos y las enmiendas parciales de la oposición

MADRID. Actualizado: Guardar
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Tras ser avalada ayer por el Senado, la nueva ley del aborto se publicará en los próximos días en el Boletín Oficial del Estado y entrará en vigor cuatro meses después. El pleno de la Cámara Alta rechazó los tres vetos a la totalidad presentados por el PP, Unión del Pueblo Navarro y Unió Democrática de Catalunya (UDC); desestimó también todas las enmiendas parciales y ratificó por 132 votos a 126, con una abstención, el proyecto de Ley Orgánica de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo enviado por el Congreso.

La primera reacción la dieron a la misma salida dos ministra, la de Igualdad, Bibiana Aído, y la de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez, y un ministro, el de Justicia, Francisco Caamaño, que coincidieron en hablar de una «ley más justa» que ofrecerá «más garantías, más seguridad y más claridad» a las mujeres y a los profesionales. Aído subrayó que «hoy tenemos una ley que es mejor que la de ayer», mientras Trinidad Jiménez remachaba que «el objetivo es que cada día haya menos embarazados no deseados».

Precisamente este aspecto de información, educación sexual y prevención fue uno de los grandes argumentos socialistas para defender el proyecto de ley, cuya denominación antepone la salud sexual y reproductiva a la interrupción voluntaria del embarazo. Para la senadora del PSOE, Leire Pajín, los más de 100.000 abortos anuales confirman la necesidad de ese enfoque educativo-preventivo. En la misma línea se pronunciaron otros portavoces partidarios.

La votación del Senado confirmó la tendencia constatada en los tres vetos, ya que los del PP y UPN fueron rechazados por ocho votos, y el de Unió por cuatro. El reparto tuvo una línea divisoria bastante clara. A favor de la norma se situaron la izquierda y la mayoría de los senadores nacionalistas.

El debate tuvo momentos de alto voltaje político, sobre todo entre los dos partidos mayoritarios. Desde el PP, su portavoz de igualdad, Carmen Dueñas, acusó al Gobierno de «tratar de imponer el aborto libre que desprotege a la mujer y que no contempla ningún apoyo a la maternidad». Desde el PSOE, Leire Pajín reprochó a los populares su «oportunismo político» contradictorio, pues «nunca quisieron la regulación de la interrupción voluntaria del embarazo, pero cuando pudieron, no la retocaron».

Hubo discrepancia radical sobre el grado de acuerdo parlamentario e institucional ante la nueva ley. Para el PP, los socialistas «debaten y consensúan cuando les interesa», y su proyecto «nace de espaldas a la mayoría de los españoles y sin consenso». Para el PSOE, el texto lleva «casi dos años de debate» y llegó al Senado como una «propuesta madurada».