ORSAY

Y ahora, momo

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Momo es de los jugadores más talentosos que han pasado por el Xerez en los últimos tiempos. Y eso que tuvo un comienzo flojo, continuación del discreto papel durante sus cesiones al Albacete y al Racing de Santander.

Luego se cruzó en su camino Esteban Vigo y le dio la vuelta como a un calcetín recuperándole para el fútbol. Aquél jovencísimo e incisivo zurdo que brilló en Las Palmas antes de ser fichado por el Dépor volvía por sus fueros para hacer historia en un modesto con aires de grandeza.

Y vaya si lo consiguió. En su segunda temporada de azulino, el canario se salió literalmente de la categoría. Inolvidables sus golazos ante el Murcia, el Alavés, el Tenerife o el Hércules en Chapín; sus coladas por la banda y su conexión letal con Bermejo.

Al final, «pichichi» de su equipo, ascenso y el reconocimiento de todo el fútbol español. Desde la marcha de Manolo Mesa no disfrutaba tanto en Chapín con el juego desgarbado de un virtuoso del balompié.

Pero estoy dispuesto a olvidarlo todo, a convertir todo elogio en la peor de las críticas, a no dejar títere con cabeza si el canario vuelve a tropezar en la misma piedra que Pedro Ríos.

Como al hoy jugador del Getafe, a Momo le separan menos de una decena de partidos para renovar automáticamente por el Xerez, el club que le dio la oportunidad de volver a sentirse futbolista.

Por si acaso, desconfío desde ya de cualquier plubalgia, tirón muscular, sobrecarga en los isquiotibiales -que, al igual que Luis Lara, sigo sin saber dónde están-, descomposición intestinal o mareo que le impidan llegar al número de partidos pactado y descolgarse así del objetivo común de dejar intacto el buen nombre del club. Los contratos y las cláusulas están para cumplirlos. Y Momo se lo debe al Xerez.