Gente

LAZOS ROTOS

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

No todas las biografías de famosos incluyen cuentos de hadas materno-filiales. Algunas parecen películas de terror, como el caso de la madre de Tori Spelling que acusa a la actriz de haber matado a su padre a disgustos. O el de la mamá de Christian Bale, que denunció a su hijo por agresión. Sin llegar a esos extremos, hay historias familiares, como la de Demi Moore, que son auténticos melodramas. Sus padres sólo permanecieron casados dos meses y su madre, Virginia Guynes, jovencísima y con tendencia a abusar del alcohol, se volvió a casar con un hombre que la maltrataba y que terminó suicidándose. Esto explica por qué la actriz jamás acudió con ellos a un estreno ni los paseó por la alfombra roja. Moore se reconcilió con su madre poco antes de que ella muriera en 1998, a los 54 años, víctima de un tumor cerebral, pero para entonces ya había pasado mucho tiempo ignorándola o intentando olvidarla.

Otra que también mantiene una relación de amor-odio con la suya es Britney Spears. Quizá porque la señora Lynne Spears no ha dudado en opinar públicamente sobre el escandaloso comportamiento de su hija y ha llegado a censurarla en su faceta de madre. «Cuando ella llegó a la fama, yo decidí dar un paso atrás -ha relatado la madre de la famosa y errática cantante-. Ella era rica y super famosa y pensé que realmente ya no necesitaba de mí o de mi ayuda. Pero cuando la situación se agravó y Britney comenzó a hacer locuras, yo ya no podía ni acercarme». En los peores momentos, Lynne llegó a temer por la vida de su hija y así se lo manifestó a una revista. «Tengo miedo de que cometa una locura». Pero, como suele ocurrir en estos casos, en cuanto Britney recuperó la cordura y empezó a llevar una vida más ordenada, quiso que su denostada madre volviera a estar cerca de ella.