FALTA ACTITUD, NO APTITUD

Después de que el todopoderoso Real Madrid pasara por Chapín y desmenuzara al equipo de Gorosito en diez minutos y de cómo el Athletic consiguió voltear el marcador en San Mamés, me surgen muchas dudas sobre la actitud del Xerez en determinados momentos del partido. Me refiero a la actitud y no a la aptitud del equipo, ya que considero que estos jugadores son capaces de desarrollar muy buen fútbol y saben cómo hacerlo, así nos lo demostraron la temporada pasada. Sin embargo, cuando las cosas no terminan de ir bien se produce un cortocircuito mental generalizado que, parece, que les anule cualquier voluntad de sobreponerse o de revertir una situación adversa. Es decir, después de toda una primera mitad aguantando al Madrid, haciendo incluso ocasiones de gol, parecía que hasta a los propios jugadores les sorprendía lo que estaban haciendo y temían que el gol blanco llegara de un momento a otro. En ese momento es cuando aparece el chispazo cerebral colectivo y el equipo se mete atrás. Después del primer gol, ya ni te cuento. El equipo se descompone, tira al traste todo el trabajo realizado en la primera mitad y poco más que Renan tiene que dar patadas en el culo a sus compañeros para que se echen hacia delante. En esos momentos, en los que a uno no le salen las cosas bien, es cuando un equipo moral y psicológicamente fuerte no se desmorona, por muy Madrid que sea, y sigue practicando el mismo fútbol con la predisposición de cambiar el marcador; no con la de bajar los brazos y espera a que se las den todas. Ocurrió lo mismo en la Catedral. Se logra darle la vuelta al marcador y cuando más aprietan los bilbaínos, entra el cague psicológico por perder los tres puntos, se da el pasito para atrás, y se termina, evidentemente, perdiéndolos. Por todo ello creo que el Xerez tiene un problema de actitud, de mentalidad, de autoestima, que hay que corregir cuanto antes si queremos ser aptos para continuar jugando en la mejor liga del mundo.