El secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa. :: ALBERTO MORALES
Economia

Campa, del aula a la política

Antes de fichar por el Gobierno, el secretario de Estado de Economía firmó un manifiesto que proponía abaratar el despido El mejor 'vendedor' del bono español suscribe la reforma de las pensiones

MADRID. Actualizado: Guardar
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Impecable traje oscuro, corbata roja decorada con estribos -el nudo un poco flojo-, el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, cumplió a la perfección la misión de convencer a los analistas financieros de la City de la solvencia de la deuda española. Una semana después de su gira para exponer los planes del Tesoro en las plazas europeas que reúnen mayor número de nuestros inversores -Londres, París-, el diferencial con el bono alemán a diez años ha caído de 100 a 76 puntos básicos, y los CDS -producto derivado que protege del riesgo de impago de los títulos- han reducido su cotización un 25% desde los máximos históricos de 172 puntos alcanzados.

Con su correctísimo inglés de la costa este de Estados Unidos y su didáctica exposición, Campa convenció a los expertos de que España ha sabido sacar adelante empeños más difíciles que el de recortar su déficit nueve puntos de PIB en sólo cuatro años. Por descontado, España cumple sus compromisos y reembolsará religiosamente el importe de sus bonos, garantizó. No caben las comparaciones con Grecia. Y la tormenta de los mercados de deuda se alejó de momento.

Asturiano de 46 años, casado y padre de tres hijos, Campa, licenciado en Economía y Derecho por la Universidad de Oviedo y doctor por Harvard, se mueve como pez en el agua ante auditorios reducidos, y más al abordar temas financieros desde un punto de vista académico. Toda su experiencia previa a su llegada al Ministerio de Economía transcurrió en aulas universitarias -como asociado de las universidades de Columbia y Nueva York y profesor de finanzas de la escuela de negocios de la Universidad de Navarra-, en los consejos asesores de instituciones especializadas -Banco de España, FMI, Comisión Europea- o en los tribunales, donde ha testificado como perito en varios procesos de arbitraje y judiciales de índole económica.

Lejos del socialismo

Pero el secretario de Estado de Economía dista de ser un político y está lejos de la ideología socialista. Abierto partidario de liberalizar el sistema, cuando accedió al cargo acababa de suscribir el 'Manifiesto de los 100', propuesta de reforma laboral que propone un nuevo contrato con indemnización por despido inferior a la actual y vinculada a la antigüedad. Campa se guardó esa idea -al fin y al cabo, hacer propuestas sobre el mercado de trabajo no está entre sus cometidos-, pero ahora se le atribuye un destacado papel en los cambios del sistema de pensiones que figuraban en el primer documento remitido a Bruselas con los planes para adecuar las cuentas públicas al Pacto de Estabilidad.

Profesor al fin y al cabo, era partidario de incluir -luego se dijo «a modo de ejemplo»- el aumento del periodo de cómputo de las pensiones de 15 a 25 años y de subir el mínimo exigido para percibirla de 15 a 17 años. Una oportuna 'filtración' y la intervención de Zapatero llevaron a la retirada de cualquier mención a esa reforma, con el consiguiente ridículo. Pero Economía tenía bien pensadas tales opciones, y había calculado que permitirían rebajar cuatro puntos de PIB la factura de la Seguridad Social.

Ninguna concreción sobre la reforma de las pensiones aparecía pocos días después en las explicaciones de la estrategia española para reducir el gasto público que Juan Manuel Campa defendió ante banqueros e inversores en la City. La presentación sólo dejaba caer que, junto al aplazamiento de la jubilación a los 67 años, «podrían ajustarse otros parámetros del sistema».

Campa no tiene experiencia de gestor, pero su prestigio de tecnócrata independiente le ha hecho ganar la confianza de asociaciones, empresarios y banqueros. Más compleja parece su relación con la ministra Elena Salgado, en la que ya han aflorado tensiones.

Pese a la lejanía, a Campa le conocen bien en Oviedo por pertenecer a una familia propietaria de estaciones de servicio y aparcamientos. Hace cuarenta años, cuando el pequeño José Manuel iba en coche con sus abuelos, un desgraciado accidente segó la vida de los dos adultos. El doctor Portilla, el médico que tras rescatar al niño del abrazo protector de la abuela, ya fallecida, le operó en varias ocasiones, acaba de reencontrarse con su paciente, hoy alto cargo del Gobierno.