El marine Karabin y su veguero

Andan las tropas estadounidenses un tanto revueltas estos días en Afganistán. Las fuerzas que combaten a los talibanes han emprendido una ofensiva para tomar la ciudad de Marjah, un bastión de los integristas situado en la provincia de Helmand, y miles de marines han sido movilizados para luchar junto a las fuerzas de la OTAN y el Ejército afgano.

Al capitán Stephen Karabin, que está al frente de una de las compañía de marines que participan en la operación, el fotógrafo le captó ayer mientras saboreaba un hermoso veguero en un intervalo de la batalla. A juzgar por la vitola podría tratase de todo un Montecristo, probablemente el más famoso de los cigarros cubanos. Puede que al oficial estadounidense el puro le sirva para calmar los nervios antes de que sus soldados entablen combate con las escurridizas fuerzas enemigas. Tanto el gesto de los ojos entornados para evitar la entrada del humo como la disposición de la boca para sujetar el cigarro sin llegar a dañarlo constituyen indicios de que el militar está familiarizado con los buenos vegueros. Y eso que en Afganistán, país en el que el cultivo de opio goza de mayor tradición que el de tabaco, no tiene que ser nada fácil conseguirlos. Uno se imagina al capitán acariciando con gesto goloso en sus ratos libres la caja de Montecristos que le ha hecho llegar algún amigo y calculando si los cigarros que le quedan le durarán hasta que llegue el momento de volver a casa. Seguro que se reserva alguno para celebrar la ocasión.