El amor está en el aire

A punto de rozar sus labios carnosos y fundirse en un tórrido beso, Cathrine Andersson y Dipesh Davadra bien podrían estar grabando la escena final de una película romántica... si no fuera porque están conectados a una fría máquina en mitad de una de las salas del Dana Centre del Museo de la Ciencia de Londres. La frecuencia gráfica de su animada respiración se funde sobre tan idílico plano, mientras los visitantes son testigos del penúltimo experimento con el que se pretende desenmascarar cómo es la química de un flechazo amoroso. «¿Será mi media naranja?», se preguntan ambos modelos, absortos en su artística interpretación ahora que se acerca el día de San Valentín. La esperanza de encontrar la pareja ideal no sólo dispara el corazón. La respiración se agita y el estómago se llena de ilusión. Una mezcla de física y química, como definiría Severo Ochoa el amor. Algo difícil de transmitir en una 'performance' sobre un sentimiento que lo puede todo, «siempre que sea verdadero». Así piensa al menos el 75% de los españoles, según un estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Aunque en tiempos de crisis, el romanticismo también está sufriendo: en el último año, 118.939 matrimonios vieron cómo se les rompía el amor -no se sabe si de tanto usarlo- frente a las 193.064 parejas que se dieron el 'sí quiero' en España. Ganan las flechas de Cupido por muy poco margen, por lo que deberá afinar más su puntería: uno de cada cinco españoles prefiere pasar San Valentín con su mascota.