La familia tinerfeña de Esther y otros allegados : : T5
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Madre hay más que una

El nuevo 'reality' de Telecinco. Dos familias antagónicas intercambian quince días a las 'señoras de la casa'

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Una semana para tratar de gobernar un hogar ajeno. Telecinco estrena hoy 'Me cambio de familia', su nueva apuesta dentro del género 'reality' que tan bien le funciona. Las competidoras serán dos madres que pasarán quince días en la casa de la 'contraria'. Por delante dos retos: tendrán siete días para acomodarse a las normas del hogar que las acoge -se les dejará, incluso, un manual de normas para que sepan a qué atenerse- y otros siete para tratar de imponer las suyas a sus maridos e hijos temporales, una dura prueba de convivencia que medirá la capacidad de adaptación de ambos hogares y, sobre todo, de ellas.

El nuevo 'reality' de Telecinco arranca hoy a las 22.45 horas y es la adaptación de un formato testado con éxito en media Europa -en Gran Bretaña lleva ocho exitosas ediciones- y que aquí ha generado mucha expectación.

Más de dos mil hogares se han ofrecido ya a intercambiar a la 'señora de la casa' por otra durante un tiempo. Desde familias con un nivel de vida rayano al lujo, a otras mucho más modestas, todas con ganas de ponerse a prueba en un entorno que no es el suyo. El primer intercambio, el que se verá esta noche, será el de dos mujeres antagónicas: Graciela, una caótica argentina afincada en Tenerife, con dos hijos de 21 y 11 años y un compañero sentimental 20 años menor que ella, y Esther, una temperamental peluquera catalana, con tres hijos de 10, 7 y 5 años y férrea defensora de la familia. En casa de la primera no hay reglas ni normas -«de las tareas de casa me encargo sólo yo, pero se me caen encima y lo tengo muy desordenado», confiesa Graciela-. En el hogar de la segunda, por el contrario, se hacen cumplir a rajatabla -«no soportaría tener un marido machista y vago y me pone muy nerviosa ver las cosas fuera de su sitio. He enseñado a mi marido y a mis hijas que todo debe estar siempre ordenado», advierte Esther- .

Durante los quince días que pasen en hogar ajeno no tendrán ningún contacto con su familia real. Ambas dispondrán de un 'confesionario' donde desahogarse y despotricar de su nueva familia si les apetece. Finalizado el intercambio, harán balance delante de las cámaras junto a sus respectivos maridos, que podrán conocer así, quién ha ocupado su lugar en la otra casa.