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Ucrania decide su futuro en Europa

Las presidenciales de hoy auguran un resultado muy ajustado entre el prorruso Yanukóvich y la 'dama naranja' Timoshenko

KIEV. Actualizado: Guardar
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A diferencia de lo que sucedió en las precedentes elecciones presidenciales, hace cinco años, Rusia esta vez no se ha pronunciado de forma explícita en favor de uno u otro candidato para ocupar la jefatura del Estado en la vecina Ucrania. Eso no significa que Moscú no tenga sus preferencias y que no haya puesto toda la carne en el asador para favorecer sus intereses.

Después de la primera vuelta del pasado 17 de enero, a la que concurrieron 18 candidatos, los electores ucranianos tienen ahora sólo dos opciones: el ex primer ministro Víctor Yanukóvich y la actual jefa del Gobierno, Julia Timoshenko. Yanukóvich fue el favorito frustrado del Kremlin en las presidenciales de 2004 mientras Timoshenko encabezó, junto con Víctor Yúshenko, la 'revuelta naranja' que chafó los planes de Vladímir Putin.

Con Yúshenko, actual presidente ucraniano, ya cerca de la jubilación, tras obtener menos de un 6% de los votos en la primera vuelta, Timoshenko aparece ahora como la única líder de los 'naranjas', color que en lo ideológico se identifica con más democracia, libertad económica y aspiración a equipararse con los países avanzados de Occidente. Por eso, suele decirse que la primera ministra es proeuropea.

Yanukóvich procede del este industrial, la parte rusoparlante del país. Aprendió ucraniano no hace mucho. Es consciente de los enormes lazos económicos que continúan vinculando Rusia con Ucrania y está convencido, quizá con argumentos contundentes, de que su querida patria nunca podrá progresar si actúa a contrapelo de los deseos de Moscú.

Su victoria fraudulenta en los comicios de 2004, contestada desde la calle y echada abajo con una nueva votación que ganó Yúshenko, le ha hecho acreedor de una reputación de político corrupto, poco transparente y no demasiado escrupuloso con los imperativos de la democracia. Declinó el pasado lunes participar en un debate televisivo con su adversaria. Tiene encima antecedentes penales. Todas esas características igualan sorprendentemente a Yanukóvich con el estilo de la élite política rusa. De ahí que se diga que es prorruso.

«Necesario»

Pero, tal vez y como considera el politólogo Dmitri Oreshkin, ni Timoshenko es tan proeuropea ni Yanukóvich tan prorruso. Efectivamente, la 'dama naranja' ha mejorado sus relaciones con Moscú, mientras Yanukóvich ha garantizado durante la campaña electoral que el «necesario» acercamiento a Rusia no comprometerá la independencia de Ucrania ni perjudicará la integración con Europa.

Lo que sucede es que en temas claves para Moscú como son la permanencia de su Armada en la base de Sebastópol (Crimea), la no adhesión de Ucrania a la OTAN, su papel como país de tránsito del gas ruso con destino a la UE o el reconocimiento de la independencia de las regiones georgianas de Osetia del Sur y Abjasia, Yanukóvich es más de fiar para el Kremlin que Timoshenko.

La primera dama tiene mucho más carisma que su contrincante, a quien supera ampliamente en el manejo de la oratoria y la puesta en escena, pero sufre el desgaste de dirigir el Gobierno en tiempos de crisis, especialmente duros para Ucrania. En la primera vuelta obtuvo el 25% de los votos contra 35,3% Yanukóvich. Éste encabeza ahora ligeramente los sondeos. Con todo, según señala Andrew Wilson, experto del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, «es difícil predecir quién ganará, el margen de diferencia será muy ajustado».