Un ánfora.

A la caza del cazador de tesoros

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Los cazadores de tesoros son el nuevo objetivo de la Guardia Civil a través del 'Plan para la Defensa del Patrimonio Histórico español'. Dentro del plan, ha realizado una campaña en la que se ha intensificado la vigilancia de pecios y se han inspeccionado clubes de buceo, zonas aledañas a puertos deportivos y embarcaciones de pesca localizados en todo el territorio nacional.

El objetivo principal es proteger los diferentes patrimonios con que cuenta nuestro país para evitar el expolio de yacimientos arqueológicos subacuáticos en la operación 'Ánfora'. Para ello han sido realizadas 597 inspecciones en varias provincias españolas, de las que 308 han sido en establecimientos y clubs de buceo; 103 inspecciones de pecios y 75 embarcaciones, destacándose que, de las 39 infracciones administrativas detectadas, ninguna ha sido relativa a la normativa de protección del Patrimonio Histórico, siendo en su mayoría afectas a la Ley de Marina Mercante.

Una de las vertientes de la operación se ha centrado en evitar el expolio conocido como de “pequeña escala”, cuyos casos varían desde los descubrimientos accidentales de pescadores que en su trabajo diario recuperan en sus redes objetos procedentes del fondo marino, normalmente fragmentos cerámicos de ánforas, útiles de navegación (catalejos, sextantes, etc.) e incluso anclas o cañones.

Por otra parte, se intentará controlar a los buceadores aficionados que se quedan para sí los objetos que encuentran, y a aquellos otros buceadores dedicados específicamente a la búsqueda ilícita de estos materiales, que en ocasiones incluso se apoyan en estudios documentales para la localización de pecios o estudio de piezas, para su posterior comercialización.

Este tipo de actividades causan daños irreparables en los yacimientos, ya que no son extraídos con metodología arqueológica, descontextualizando los objetos que son extraídos sin ningún tipo de control, y ocasionando la pérdida de información histórica. Con este tipo de operaciones se trata de paliar el daño sufrido durante muchos años en el patrimonio arqueológico subacuático de la costa española.