Cancellara entrena en las carreteras de la París-Roubaix. / Francois Lo Presti (AFP)

Cancellara se cita con la historia en el adoquinado de París-Roubaix

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En los tramos adoquinados de la París-Roubaix, el suizo Fabian Cancellara se citará con la historia este domingo en la clásica ciclista más importante del año al poder batir el récord de victorias en esta prueba, de 257 km de recorrido.

Tras su victoria de hace una semana en la Vuelta a Flandes, la otra gran clásica del pavés en la primavera ciclista, Cancellara se presenta a la 112ª edición de la París-Roubaix como el candidato señalado por todos para la victoria. «No soy el principal favorito. Hay muchos corredores en forma y son los otros los que tienen presión», dijo el suizo en la previa para repartir responsabilidades.

Un nuevo triunfo el domingo supondría el tercer doblete Vuelta a Flandes/París-Roubaix en la carrera del suizo y una gesta sin precedentes en la historia del ciclismo. «Esto me abre el apetito», admitió Cancellara , quien añadió que «en la París-Roubaix hay que estar dispuesto a sufrir» por los 28 sectores de adoquinado, con un total de 51,1 km de los 257 de la carrera.

De cumplir los pronósticos, 'Espartaco' (alias con el que se conoce a Cancellara en el pelotón) sumará su cuarto triunfo en la París-Roubaix, igualando el récord de los belgas Roger de Vlaeminck y Tom Boonen e igualará con siete la plusmarca de victorias en las dos grandes clásicas del pavés con Boonen.

Cancellara y Boonen, de 33 años ambos, han dominado este tipo de pruebas en la última década, convietiéndose en dos de los mejores clasicómanos de la historia del ciclismo mundial.

Este domingo puede vivirse uno de los últimos duelos entre ambos, no sólo por su veteranía, sino porque el belga viene de una temporada en blanco y, pese a algunas victorias en 2014 (un par de etapas en la Vuelta a Catar y la Kuurne-Bruselas-Kuurne), no parece en condiciones de volver a ser el corredor que fue... aunque teniendo en cuenta su palmarés y calidad siempre será un hombre a tener en cuenta. De vencer Boonen, el belga sumaría su quinto triunfo en Roubaix que, sumado a los tres de Flandes, le convertirían en el mejor especialista de la historia en este tipo de pruebas.

La gran ventaja de Boonen con respecto a Cancellara es su equipo. Mientras el belga estará bien rodeado por el Omega-Pharma, con el neerlandés Niki Terpstra (tercero el año pasado), el belga Stijn Vendenbergh (cuarto en Flandes) y el checo Zdenek Stybar, el suizo puede verse un poco aislado, sobre todo tras la baja por lesión del campeón de Bélgica, Stijn Devolder. Otros aspirantes a la victoria serán los belgas Greg Van Avermaet y Sep Vanmarcke (segundo y tercero en Flandes), el noruego Alexander Kristoff (ganador de la Milán-San Remo), los velocistas John Degenkolb y Peter Sagan y el estadounidense Taylor Phinney.

También participará el belga Johan Vansummeren, que el domingo pasado, en la primera parte de la Vuelta a Flandes, atropelló con la bicicleta a una mujer de 65 años que está es estado crítico. Pese a las heridas sufridas y la «semana difícil» que ha tenido, el ganador de la París-Roubaix en 2011 desea correr la carrera para «despejarse un poco la cabeza».

El espectáculo está garantizado en las carreteras del norte de Francia, sean cuales sean las condiciones climáticas de la carrera. Si luce el sol y el tiempo es seco, los ciclistas se enfrentarán a una polvareda infernal camino del velódromo de Roubaix, donde acaba la carrera tras 257 km de recorrido. Y si llueve el polvo se convertirá en barro. En uno y otro caso, los participantes también se enfrentarán a los pichazos y caídas.