Cáceres, en el salto./ Afp
MUNDIALES DE ATLETISMO

Cáceres pule la medalla

El joven saltador de Onil supera la clasificación de longitud con un gran salto de 8,25 metros

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Eusebio Cáceres había pasado mala noche en su habitación del inmenso hotel Cosmos. El saltador pensaba que se estaba resfriando y no pegó ni ojo. Cuando un atleta ha entrenado realmente duro llega a la gran cita con las defensas bajas y cualquier cambio de temperatura o exceso de frío puede ser fatídico. Pero a la hora de la verdad, el alicantino llegó a la clasificación, lanzó su veloz carrera, 21 apoyos hacia la tabla, y en el primer salto, con viento nulo, voló hasta unos impresionantes 8,25 metros que le metían de golpe en la final. La clasificación, ese concurso que tantas veces se enreda, que arranca más llantos que sonrisas, fue un trámite para el joven saltador de Onil.

Es una de las dos balas que le quedan a España en el tambor. La otra es la de Ruth Beitia, que debuta este jueves (7.30 horas) en la clasificación de altura. Pero primero, el viernes, llegará la final de longitud en la que estarán todos los grandes menos el británico y campeón olímpico Greg Rutherford. Cáceres estará con los otros dos rivales que han pasado de 8,35 este año: Luis Rivera, el mexicano ilustrado, todo un ingeniero industrial que está haciendo un doctorado y que mientras tanto es capaz de saltar 8,46, y Aleksandr Menkov, el ruso de los cinco saltos por encima de 8,30 que, además, saltará en casa.

Cáceres señala en todas las entrevistas al ruso, nacido un año antes, hombre de prodigiosos tobillos, capaz de saltar 2,15 en altura. «Menkov sigue siendo el rival. Le he visto con una carrera corta y aún así ha saltado mucho», indicó, en la zona mixta, el español, desconfiado. «Dwight Phillips (tetracampeón del mundo) se está escondiendo un poco, pero he oído decir que va a por un quinto título y que va a dar guerra», añadió. Y habrá más contrincantes agazapados, como el alemán Bayer, el sudafricano Mokoena o el griego Tsatoumas.

Pero Cáceres está pletórico: «Me he encontrado bien. El resfriado no influye en el nervio, que es con lo que yo funciono. Me he sentido muy bien en el vuelo». El atleta de Onil no se creció por su gran resultado. Lo primero que hizo tras ver su marca fue señalar a su técnico: «He buscado a mi entrenador porque él también debe disfrutar de este momento».

Cáceres ha viajado a Moscú con Jesús Gil, un veterano entrenador de 57 años que siempre huye del protagonismo y de la primera fila. Gil comparte la preparación del saltador con José Antonio Ureña, antiguo decatleta que esta vez casi obligó al maestro a estar en el Mundial. Ureña cree que el salto de calidad de Cáceres ha llegado en el momento en el que se ha concienciado de que tenía que ser más profesional: «Ha cambiado la mentalidad por completo. Ahora cuida la alimentación, va a hacerse un masaje cada vez que toca y no cuando le apetece... Mentalmente ha crecido mucho».

Los hábitos, uno de los pilares de todo campeón, tenga el talento que tenga, han enderezado a Eusebio Cáceres, un saltador muy joven (21 años) al que empezaba a perseguirle el runrún de que dejaba escapar oportunidades. El de Onil, campeón de Europa sub-23 mediada la temporada, ha logrado que los buenos hábitos mejoren su confianza. Y a partir de ahí, a volar, una alegría para sus entrenadores: «Antes siempre estaba quejándose de que le molestaba el pie y se frenaba en la batida. Pero este año no bloquea tanto la entrada y la batida es mucho más limpia y salta más. Todo el mundo habla de que está muy rápido. Y sí, lo está, pero muy parecido a como estaba el año pasado». Según Ureña, Cáceres está capacitado para correr los 100 metros en diez segundos y algo menos de 30 centésimas.

David Bustos, eliminado

El Mundial superó el ecuador sin sesión vespertina. La mañana de los españoles la completaron una eficaz Loli Checa, la fondista valenciana que, sabedora de que le valía con correr en 16.02 en la segunda semifinales de los 5.000, tiró durante tres kilómetros hasta que prácticamente se garantizó el pase a la final, para lo cual le valió con acabar novena (15:43.73). David Bustos, en cambio, ofreció una de las peores actuaciones en Moscú. El balear, que no pudo evitar que por primera vez en la historia no haya españoles en ninguna de las dos finales -hombres y mujeres- de 1.500, sucumbió en su serie al acabar undécimo en su carrera con una pobre marca de 3:41.69.