golpe de estado

Los partidarios de Mursi vuelven a tomar las calles

Estados Unidos y Alemania piden la liberación inmediata del depuesto presidente

EL CAIRO Actualizado: Guardar
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Los islamistas egipcios volvieron a manifestarse en El Cairo de forma masiva, en su empeño de condenar el reciente golpe militar y lograr la restitución del depuesto presidente Mohamed Mursi. Los simpatizantes de Mursi continuaron protestando en la plaza Rabea al Adauiya, feudo islamista del este de la capital egipcia y escenario de una sentada constante en las últimas dos semanas. Lo que empezó como una forma popular de defender la legitimidad de Mursi, elegido en las urnas en junio de 2012, frente a las protestas que pedían su dimisión se ha convertido en un intento, por ahora infructuoso, de que el islamista vuelva al poder.

Grandes pancartas contra el golpe de Estado del 3 de julio y fotografías del depuesto mandatario, retenido desde entonces en un lugar desconocido, inundaron la plaza y sus alrededores, adonde los asistentes llegaron procedentes de distintas zonas del país. Precisamente, tanto Estados Unidos como Alemania pidieron la puesta en libertad de Mursi.

"No nos quedaremos tranquilos hasta llevar a hombros a Mursi al palacio presidencial", aseguró a Efe la manifestante Nagla, decidida a permanecer "con mucha paciencia hasta el final" tras ocho días de acampada. La mayoría de los asistentes se resguardó bajo la sombra de las tiendas de campaña y de las jaimas mientras cumplía con el ayuno de Ramadán, mes en el que los musulmanes conmemoran las primeras revelaciones divinas del Corán que recibió el profeta Mahoma. Absteniéndose de tomar líquidos y otros alimentos desde la salida hasta la puesta del sol, los manifestantes recurrieron a echarse agua por encima o taparse la cabeza con gorras y paños húmedos.

Otros prefirieron seguir los discursos políticos cerca del escenario principal, junto a la mezquita. En sus inmediaciones también se encontraban algunos dirigentes de los Hermanos Musulmanes, como el clérigo islamista Safwat Higazi, sobre quien pesa una orden de arresto de la Fiscalía por supuestamente haber incitado a la violencia que causó el lunes pasado 51 muertos frente a la sede de la Guardia Republicana. "Todas esas acusaciones son falsas y carecen de pruebas", aseguró a Efe Higazi, confiado en que las fuerzas del orden no irrumpirán en la plaza para detenerlo.

La cofradía se resiste a reconocer a las nuevas autoridades y a dialogar con ellas, incluido el primer ministro, Hazem el Beblaui, que no ha descartado ofrecer a los islamistas algunas carteras. El clérigo insistió en que cualquier diálogo pasa por el regreso al poder de Mursi, que en ese caso "podría celebrar elecciones anticipadas presidenciales si así quiere o convocar un referéndum para que el pueblo decida sobre ellas". El miembro de la ejecutiva del partido Libertad y Justicia, brazo político de los Hermanos, Mohamed el Beltagui se mostró igualmente dispuesto en una entrevista a Efe a admitir un adelanto electoral "desde la legitimidad". Y puso como condiciones "la vuelta del presidente elegido, de la Shura (Cámara alta del Parlamento) y de la Constitución", actualmente suspendida.

El responsable, también buscado por la Justicia, denunció que los islamistas están siendo objeto de detenciones, órdenes de arresto y asesinatos, en alusión a los confusos sucesos frente a la Guardia Republicana. El Beltagui condenó los últimos ataques contra las Fuerzas Armadas en el Sinaí, como los que hoy causaron la muerte de un policía, al tiempo que los consideró una "consecuencia del golpe de Estado". Por otro lado, una multitud se congregó en la céntrica plaza de Tahrir para romper el ayuno con la comida del "iftar", en un acto convocado por el movimiento Tamarrud (rebelión) y el Frente de Salvación Nacional, contrarios a Mursi. El frente, principal alianza no islamista del país y defensora de la pasada intervención militar, llamó hoy a "recuperar los objetivos de la revolución del 25 de enero de 2011" que desbancó del poder a Hosni Mubarak y que incluyen los deseos de libertad y justicia social.