Las horas extras en Apple pueden costarte el finiquito

Nada de echar horas extra en la oficina. Si fuera una fábrica, en cuanto sonase el silbo del cambio de turno habría que recoger las cosas y marcharse por donde uno ha venido ocho horas antes. Veinte minutos más pueden costarle a uno el finiquito. Al menos en el caso de Thomas Bordage, un empleado de la sede central de Apple en París, que recibió hace unos días un preocupante aviso de la dirección de la compañía: si no cambiaba la costumbre de alargar el turno habría consecuencias, incluso el despido. Para la compañía, esos minutos de más que Bordage echa los días que había mucho trabajo.

El caso de este trabajador, que habló de que el encuentro con sus jefes rezumó "tensión" por los cuatro costados, es fruto de una polémica sindical, después de que la organización SUD llevase al gigante Cupertino a la arena judicial para denunciar el abuso reiterado de su plantilla, que siempre debían estirar sus jornadas laborales, más allá de la hora de cierre. Y Bordage, es uno de los miembros sindicados más destacados de la jornada, lo que parece que ha empujado a Apple a pedirle que se vaya a su hora exacta para cortar de raíz cualquier conflicto laboral.