TENIS | Roma

Nadal le toma la medida a Ferrer

El balear derrotó en Roma al de Jávea (6-4, 4-6 y 6-2) una semana más tarde de su triunfo en Madrid. En semifinales se medirá a Berdych

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De nuevo Ferrer puso contra las cuerdas a Rafa Nadal. Y como en Madrid, el balear se sobrepuso y venció el duelo. Así se resume la decimosexta victoria consecutiva sobre arcilla de Rafa Nadal ante David Ferrer. Así se simplifica por qué el balear es la pesadilla del alicantino, que tuvo opciones de abrir brecha en el set definitivo, pero que se encontró con un parcial demoledor por parte del siete veces campeón de Roland Garros. Y eso que el virtuosismo que suele predominar en los duelos entre Nadal y Ferrer brilló por su ausencia en los dos primeros parciales.

Sin embargo, tras una buena manga final, menos trabada y con más ritmo, el de Manacor venció por 6-4, 4-6 y 6-2 y se metió en semifinales del Masters 1.000 de Roma. Le espera el checo Berdych. Todo después de dos durísimos partidos. "Me noto al límite físicamente. David te hace jugar a una intensidad altísima. Ojalá pueda recuperarme bien", deslizó el campeón de Madrid en TDP.

Sorprendentemente, tanto el balear como el alicantino, dos de los jugadores más seguros del circuito, comenzaron fallando una vez tras otra. Ferrer parecía desesperado. El alicantino gritaba y se mostraba contrariado, pero solo tenía un 'break' de desventaja. Su problema era que se mostraba incapaz de rentabilizar las oportunidades de rotura que disponía -desperdició las seis que tuvo en el primer set-; su preocupación era que cada vez que entraba a matar tocaba hueso. El partido era sencillamente feo y extraño.

Plagado de errores no forzados, la primera manga fue como uno de estos Gin Tonics tan de moda hoy en día: con mucho nombre y decoración pero con poca sustancia. Un dato resume a la perfección lo que fue el acto inicial: entre los dos cometieron 45 errores no forzados. Dentro de esa imperfección el menos errático y más efectivo fue Nadal, que abrochó el set.

Demasiados fallos

Pasado ese parcial, 'Ferru' se puso las pilas. Solo así se explica que ganase los cuatro primeros juegos del segundo set. Dentro de la irregularidad de ambos, el de Jávea dio un paso hacia delante mientras que el manacorense se estancó. La derecha de Nadal no hacía daño y su revés era incapaz de proporcionarle ningún golpe ganador. "Golpear bien el revés cruzado ante David es vital", explicó el mallorquín. Es decir, así era complicado. Y después de que Ferrer se pusiese 4-0 a su favor, el partido comenzó a avanzar a ráfagas.

Si Nadal se ponía 0-40 al resto, al siguiente juego Ferrer lo emulaba; si el balear rompía el saque de su rival, el alicantino hacía lo propio. Que uno se empeñaba en derrochar bolas de rotura, el otro también. Pese a que el de Jávea empleó su primera bola de set en una doble falta, al final, con mucho sufrimiento, cerró la manga.

Muy despacio el partido fue cogiendo el nivel que se esperaba. Los puntos se alargaron y comenzaron a ser poco a poco más espectaculares. Y de nuevo, Ferrer tuvo su oportunidad para dar un golpe encima de la mesa. Con 1-0 y 15-40 le perdonó la vida a Nadal. Algo que acabó como esas telenovelas de las cuatro de la tarde: con el final esperado. "En el tercer set he conseguido soltar paralelos muy positivos y jugar con la intensidad necesaria", argumentó Nadal.

El balear fue acumulando 'breaks' y consiguió ajustar sus tiros. 'Ferru' no hincó las rodillas ni agachó la cabeza. Peleó cada bola, luchó cada peloteo, pero finalmente volvió a sucumbir. En semifinales Nadal se va a medir a un Berdych que venció por sorpresa a Novak Djokovic. El serbio, que llegó a estar 6-2 y 5-2 a su favor, se dejó remontar el encuentro, acabó cayendo por 2-6, 7-4 y 6-4 y dijo adiós al torneo.