Alfredo Sáenz./ Archivo | Vídeo: Atlas
sector bancario

Sáenz dimite como 'número dos' del Santander tras la polémica generada por su indulto

Javier Marín será nuevo consejero delegado del Santander

MADRID Actualizado: Guardar
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Alfredo Sáenz, quien estaba llamado a ser en poco tiempo el primer ejecutivo del Banco de Santander -primera entidad financiera española y la mayor de la ‘zona euro’ por capitalización bursátil-, dimitió este lunes de forma sorpresiva de su cargo como consejero delegado (CEO), puesto que ha ocupado el último decenio. Y lo hizo apenas dos semanas después de que el Consejo de Ministros diera ‘luz verde’ al cambio de normativa que permitiría su continuidad como banquero, pese a haber sido acotados por el Tribunal Supremo los efectos del polémico indulto que le concedió el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero en otoño de 2011 respecto a la pena de tres meses de prisión e inhabilitación profesional que le fue impuesta por un delito de acusación y denuncia falsa contra varios deudores de Banesto cometido en 1994 (cuando presidía la entidad).

El nuevo CEO del Santander será Javier Marín, quien lleva en el Grupo desde 1991 y en la actualidad ocupaba el cargo de director general. Se encarga, asimismo, de la división global de seguros, gestión de activos y banca privada. No en vano, fue durante muchos años consejero delegado de BANIF, la filial del Santander para los clientes más pudientes, cargo que ocupó precisamente durante la etapa más convulsa de este segmento de negocio -con los escándalos de Lehman Brothers y Madoff, entre otros- y coincidiendo también con una agresiva expansión de la red. Resistió, no obstante, en el cargo y solo volvió a la matriz tras la última gran reorganización de su cúpula directiva. Hace un año estuvo muy cerca de ser nombrado consejero delegado de Banesto (histórica firma ahora desaparecida), pero él mismo rehusó aceptar el cargo.

Aunque considerado dentro del Santander como un hombre bien valorado por el propio Botín, este ascenso fulgurante no estaba previsto en las quinielas -de hecho, se sitúa en un pretendido plan de rejuvenecimiento de altos cargos (él tiene 46 años frente a los 70 de Sáenz), de modo que se abre ahora una fase con bastantes incógnitas en la cúpula del grupo respecto a quién será el futuro sucesor del actual presidente, quien el próximo mes de octubre cumplirá 79 años y a quien desde el propio sector financiero no se le ve más de dos años más (probablemente menos) en el puesto. Para la entidad, la salida de Sáenz ha sido una “renuncia voluntaria” (deja todos sus cargos) por motivos personales, mientras que algunas fuentes del sector lo interpretan más bien como una decisión promovida por el ‘número uno’ del banco ante la decisión que pudiera tomar el Banco de España respecto a su futuro.

El gobernador Luis María Linde ya tenía sobre su mesa desde el pasado 15 de abril la nueva normativa que le permite flexibilizar los requisitos de honorabilidad exigidos a los banqueros -incluso si han sido condenados en sentencia firme por un delito-, elaborada ‘ad hoc’ por el Ministerio de Economía pese a no figurar entre las exigencias que puso la ‘troika’ (Banco Central Europeo, Comisión Europeo y Fondo Monetario Internacional) para aprobar el rescate multimillonario del sector financiero español, aunque sí se incluye entre los puntos de la futura Autoridad Bancaria Europea. Aunque pocos dudaban de que la decisión del instituto emisor, gracias a este cambio legal, sería favorable a los intereses de Sáenz tras su indulto, desde el propio Banco de España y el Gobierno existía una evidente preocupación respecto a la reacción de la sociedad, máxime tras la insistencia del Tribunal Supremo en evitar que el perdón anulará los efectos administrativos de su condena.

Balance positivo

Con todo, la entidad hace un reconocimiento expreso a la “extraordinaria labor” de Sáenz, quien dejó la jefatura de Banesto en 2002 tras ser nombrado vicepresidente y consejero delegado de su matriz, el Santander. En ese tiempo, el banco ha pasando de tener unos activos de 358.138 millones de euros (2001) a 1,25 billones de euros (2012), y de unos fondos gestionados de 453.384 millones de euros (2001) a 1,39 billones de euros (2012). El propio Botín ensalzó su trabajo durante la última junta de accionistas, el pasado 22 de marzo: «Sáenz ha desarrollado una magnífica labor en los años que lleva con nosotros». En la misma línea, el ministro de Economía, Luis de Guindos, decía este domingo en una entrevista con COLPISA que de Alfredo Sáenz se terminará reconociendo “su importante aportación al desarrollo del sistema financiero y del conjunto de la economía española”.

La salida de Alfredo Sáenz, cual efecto dominó, también ha provocado un baile de nombramientos en la ejecutiva del Santander. Así, Matías Rodríguez Inciarte, hasta ahora responsable de la división de riesgos del grupo, pasa a ser vicepresidente segundo del consejo. Asimismo, el presidente del grupo de construcción y servicios OHL, Juan Miguel Villar Mir, entra en el órgano de administración del banco como consejero independiente en sustitución de Manuel Soto, quien renuncia al cargo. Precisamente las labores de este último en la comisión de auditoría serán realizadas a partir de ahora por el economista y también consejero independiente Guillermo de la Dehesa, mientras que la ex dirigente ‘popular’ -y miembro del Consejo de Estado- Isabel Tocino pasa a formar parte de la comisión ejecutiva del citado órgano.