Jaime Giménez Arbe, El Solitario. / Efe
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«No me cae bien 'El Solitario'»

Atracador y asesino, Jaime Giménez Arbe se enfrenta a su pasado. Hoy lo juzgan en Madrid. En huelga de hambre y sed, responde a esta entrevista desde la prisión de Soto del Real

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El hombre que puso en jaque a la policía de dos países, condenado por asesinar a dos guardias civiles en Navarra en 2004 y con más de treinta atracos a sus espaldas, echa un nuevo pulso al Estado. Desde hace una semana, Jaime Giménez Arbe está en la cárcel de Soto del Real (Madrid) en huelga de hambre. El viernes también dejó de beber. No quiere volver a la prisión de Monsanto (Portugal), donde cumple ocho años de condena en régimen de máxima seguridad. Le quedan, de momento, 60 más por consumar en España. Hoy lo juzgan por atracar en 2006 un banco en La Moraleja. Le piden once años. El preso, de 57 años, ha aceptado responder a esta entrevista mantenida por correspondencia desde la cárcel.

- ¿Hasta dónde quiere llegar?

- Hasta donde sea necesario. Una huelga de hambre y de sed implica muchos riesgos, incluso la muerte, pero quiero que la gente se dé cuenta de la injusticia que están cometiendo conmigo.

- ¿En qué sentido se considera un preso político?

- Soy un preso con conciencia social. La lucha ha sido por la consecución de un fin: el acabar con el sistema financiero. Se han confirmado los males que provoca la banca, con desahucios, suicidios...

- Está condenado por el asesinato de dos guardias en Castejón. Si usted dice que no fue, ¿quién lo hizo?

- Murió en el año 2006, en un tiroteo desde un vehículo en marcha en la entrada a Ajaccio, en Córcega. Sus siglas son P. C. [se llamaba Paul Corchiato, pero Giménez se niega a dar su nombre] y pertenecía al Movimiento por la Autonomía. El ADN que encontraron en las balas no se correspondía con el mío y un testigo de cargo, que presenció los hechos, no me reconoció como el autor de los disparos.

- ¿Qué hacía con el dinero?

- Financiaba diversas organizaciones, y vivía con él.

- ¿Cómo se hizo atracador?

- En una prisión de Suecia (fue músico callejero en ese país) conocí a una persona que me abrió los ojos, y ya en Francia, me ofrecieron la lucha política.

- ¿A qué se dedicaba antes?

- Refrigeración industrial.

- ¿Le gusta el personaje que se creó alrededor de usted? ¿Le cae bien 'El Solitario'?

- Yo soy Jaime. 'El Solitario' es una mitificación y no me cae bien. Es una caricatura creada. Se han empeñado en manchar la imagen de una persona normal para desactivar la carga revolucionaria que hay detrás de la persona.

- Usted ha dicho que su ejemplo puede servir de acicate para los que sufren la crisis. ¿Está invitando a la gente a atracar?

- No. Invito a la gente a que luche, a que se levante con las más pequeñas acciones contra el sistema. Si ellos roban a la gente uno tiene el derecho de expropiarles a ellos. En este caso, el fin sí que justifica a los medios.

«La cabeza sigue en su sitio»

- ¿Cómo es un día en Monsanto?

- Me levanto antes de las ocho, desayuno dentro de la celda, leche y pan, por mi cuenta tengo que pagarme cereales y azúcar. Sobre las nueve y veinte, salgo dos horas a la 'jaula', con una o dos personas con un poco de suerte. Si no, estoy solo dando vueltas. El resto del día lo paso en la celda. Algunos días tengo 45 minutos en la biblioteca y otros 45 en el gimnasio. Estoy 22 horas al día encerrado, vistiendo un mono raído de color marrón. No me permiten visitas de amigos. Tengo registros corporales personales, y con frecuencia me golpean y me insultan.

- ¿El peor momento del día?

- Por la tarde. Son muchas horas sin hacer nada. Me traen la comida a la celda a las 12.30 y luego no me dejan hacer nada.

- Creo que lee muchísimo...

- Leo todo lo que cae en mis manos, últimamente libros ingleses, literatura clásica y política.

- ¿Qué responde a los que le dicen que ha perdido la cabeza?

- Sigue en su sitio. Quieren que la pierda. El aislamiento en la prisión de Monsanto me ha mermado la memoria, la articulación vocal y me está haciendo daño no solo físico sino también psicológico.

- ¿Qué le escriben sus fans?

- Es significativo que haya gente que me cuente sus problemas de pareja.

- ¿Qué cambiaría de su vida?

- Sería menos Don Quijote. El cerebro siempre ha estado supeditado a mi corazón, y aunque estoy orgulloso de eso, a veces nos lleva por caminos que nos conducen a golpes duros y fracasos.

- ¿Qué no se imaginan de usted?

- Que tengo un corazón que vibra con las injusticias. Que soy una persona social, que me encanta el arte y la música.

- Un momento en el que fue feliz.

- Cuando nacieron mis hijos, cuando tuve ciertas parejas y vivimos buenos momentos como con Nadine, Holly, Ula Gun y Roberta.