¿Fin de la recesión?

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, reveló en la sesión de control al Gobierno, celebrada en el Congreso de los Diputados, que el dato de déficit público de 2012 que el Gobierno presentará en Bruselas será el 6,7% del PIB.

El dato, sin contar con las ayudas a la banca, supone un importante descenso respecto al de 2011, que acabó con un déficit equivalente al 9% del PIB tras varias revisiones. Esta cifra también se acerca a la presentada por la Comisión Europea en las Previsiones de Invierno dadas a conocer el pasado viernes.

Sin embargo, este importante esfuerzo no ha sido suficiente para alcanzar la meta del 6,3% acordada con el Eurogrupo en julio del año pasado. No obstante, el comisario de Economía, Olli Rehn, anunció hace unos días que este incumplimiento no supondría sanciones por parte de la Comisión Europea, ya que considera que este desfase corresponde a que la recesión económica es más grave de lo previsto.

Por eso extraña que el presidente del Gobierno, siempre tan prudente, haya relacionado el dato de déficit público con el fin de la recesión económica. Este anuncio se contradice con las previsiones de invierno de la Comisión europea que vaticina que, de no cambiar las actuales condiciones, el agujero fiscal no mejorará en los dos próximos años, con retroceso de medio punto más (-7,2%) en 2014, la recesión continuará al menos dos años y medio más y la tasa de paro escalará al 27% en 2013.

Una puerta se abre a la esperanza y consiste en que la Comisión abra la mano y flexibilice el calendario de reducción de déficit con dos años más de plazo para alcanzar el límite del 3%, siempre y cuando ello no suponga hacer nuevos ajustes. Debemos esperar que, como máximo, se prorroguen algunos de los aumentos en los impuestos, como el recargo en el IRPF y el gravamen del ahorro en 2012 y 2013. Pero que nos libremos del aumento de otros tributos (IVA) o, lo que añadiría más tensión a la situación social, una nueva reforma de las pensiones.