-'Autorretrato' de 1887 de Van Gogh.
ARTE

Alto concentrado impresionista y bohemio

El corazón del museo de Orsay se 'trasplanta' a la fundación Mapfre, que revisa la liberadora aventura de impresionistas y bohemios

MADRID Actualizado: Guardar
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Rara vez se concentra tanto talento en una sala de exposiciones. La Fundación Mapfre vuelve a poner el listón muy alto en la apertura de la temporada 'trasplantando' a sus salas madrileñas "el corazón" del museo de Orsay. Lo hace con una soberbia exposición que hará historia, toda una fiesta pictórica que repasa la aventura del impresionismo de sus pioneros a sus herederos. 'Impresionistas y posimpresionistas. El nacimiento del arte moderno' es una brillante sucesión de piezas magistrales del museo parisino firmadas por todos los grandes genios, como Manet, Cézanne, Degas, Renoir, Van Gogh, Toulouse-Lautrec, Gauguin y un inacabable etcétera. Pero es solo el plato principal de la doble oferta de Mapfre ya que en paralelo repasa el origen de la bohemia en una muestra igualmente atractiva y con fuerte acento español 'Luces de bohemia. Artistas gitanos y la definición del mundo moderno'.

Repartidas por las tres plantas de la fundación (Paseo de recoletos, 23), las dos muestras reviven sendas aventuras liberadoras y felizmente rupturitas para explicar el nacimiento del arte y el artista modernos. Entre ambas suman casi 200 obras, todas de primerísimo nivel y en su mayoría inéditas En España. Hay una decena de óleos de las mejores épocas de Van Gohg nunca antes vistos aquí -'Autorretrato' de 1887 entre ellas-, nueve piezas magistrales de Monet, media docena de pieza de Picasso, otras tantas de Gauguin de las que se podrá disfrutar hasta el cinco de mayo. "Aquí está el corazón del museo de Orsay. Es imposible hacer más. Esta exposición es una bomba, un concentrado de todas las épocas del impresionismo a través de una cantidad y calidad de piezas que es inaudito reunir. Nunca antes se vieron tantas fuera del museo" reconoció un risueño Guy Cogeval, presidente del Museo de Orsay y artífice de la histórica cesión.

'Obras maestras del Musée d'Orsay' presenta una selección de 78 obras que trazan la historia del nacimiento del arte moderno desde la contestación impresionista hasta la debacle de la primera guerra mundial. Arranca con las primeras series de Monet y repasa después el esplendor impresionista con Renoir y Cézanne, para saltar al posimpresionismo en la paleta de Pissarro, Seurat o Signac. Celebra la singularidad de Toulouse-Laurrec y concluye descubriendo la aportación de los autodenominados Nabi -profetas en árabe y hebreo- y autores de unos insólito trabajos decorativos como los cinco paneles de los 'Jardines públicos' de Édouard Vuillard, junto a lienzos de Bonnard o Sérusier,

La fecha de partida es 1886, año de la última exposición del grupo impresionista y llave de una rica evolución. Se describe visualmente el desarrollo del grupo coincidiendo con la llegada a París de otros artistas como Van Gogh, que cuenta con seis obras en la exposición, como destacó la conservadora jefa del Museo d'Orsay, Caroline Mathieu, comisaria junto a Cogeval y el máximo reposabledel Instituto de Cultura de Mapfre, Pablo Jiménez Burillo, que resume la encrucijada de estos artistas que prefiguraron al vanguardia: "relegaron el amor a la belleza a favor de amor a la libertad en uno de los momentos más brillantes de la historia del arte que hace posible esta fiesta de la pintura".

Alma gitana

Organizada en colaboración con la red de museos públicos franceses y el Grand Palais de París, 'Luces de bohemia', recorre a través de 100 de obras la historia de la creación de la bohemia artística, y de uno nuevo artistas que se inspira en el espíritu indómito y libérrimo de los gitanos -bohémien en francés- y vagabundos. Analiza proceso de afianzamiento de lo bohemio como contestación a la corriente plástica dominante a través del pinturas de artistas como Goya, Watteau, Gainsborough, Boucher, Teniers, Corot, Delacroix, Courbet, Manet, Degas, Sorolla, Sargent, Signac, Van Gogh o Picasso.

La muestra cuenta con préstamos de instituciones como el Art Institute de Chicago, la New York Public Library o Hermitage de San Petersburgo, pero se ha intensificado el acento español respecto a la que se vio en París incorporando piezas de Ramón Casas, Isidre Nonell, Sorolla, Angalda y Camarasa o Juan de Echevarría. "Hemos hecho una exposición más española reforzando la imagen de la gitana andaluza, símbolo de rebeldía, provocación y libertad sexual, que tanto influyó en el imaginario europeo y en la inclinación de artistas de la época por la pintura española", resume Pablo Jiménez evocado las obras de Manet, Singer, Nonell, Van Dongen o Sorolla.

Ambas exposiciones pretenden "recuperar la creación del mito del artista moderno" originado a finales del XIX, según dijo Jiménez Burillo. Explican como los impresionistas y bohemios abrieron nuevos y decisivos caminos para la historia del arte apartándose de la corriente dominante. Los artistas se convierten en "nómadas y amantes de la libertad, como los gitanos; rompiendo como ellos los convencionalismos", en su caso de las escuelas pictóricas del momento.

"Cuando los artistas pierden protección de los mecenas, deciden vivir como gitanos y adoptan su manera de vivir libre y errante, se produce un cambio decisivo" coincidió con Jimémez Sylvain Amic, director de los museos de Rouen y comisario de 'Luces de Bohemia'. Su propuesta muestra la fascinación de un puñado de artistas de distintas disciplinas por el modo de vida de los gitanos y vagabundos. "Los marginales, que rompen moldes, son necesarios para regenerara la sociedad y siempre hay que tener interés por ellos. Son los que han pervivido, frente a los que entonces se tenía por académicos" apuntó Amic.