El Gobierno tendrá que renunciar a subir las pensiones por el déficit

El Gobierno tendrá que renunciar a revalorizar las pensiones a finales de año o no podrá cumplir su objetivo de reducir el déficit público al 6,3% del Producto Interior Bruto (PIB). Esta es una de las conclusiones del análisis de los Presupuestos Generales del Estado para 2013 realizado por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea). Su director, el profesor Michele Boldrin, estima que sería “suicida” compensar la pérdida de poder adquisitivo de los jubilados en un contexto como el actual de caída de la actividad e ingresos insuficientes.

Fedea asegura que los indicadores económicos actuales sugieren que el Estado incumplirá este año el compromiso de consolidación fiscal si el Ejecutivo decide revalorizar las pensiones en noviembre. Dicha compensación, establecida por ley, conllevaría según sus cálculos un gasto adicional de “al menos 3.500 millones” de euros con cargo al presupuesto de 2012, en función de cuál sea el nivel de inflación. Una cantidad que, además, después se consolidaría en las pagas de 2013.

“Sería paradójico que el Gobierno haya subido el IVA de manera obligada y por esa medida se haya disparado la inflación y decidiera revalorizar las pensiones, produciendo un aumento de los gastos que contrarrestaría el aumento de los ingresos vía IVA”, concluye el análisis de esta fundación.

Disipar dudas

El subdirector de Fedea, Ignacio Conde-Ruiz, asegura que “no hay margen ahora mismo para aplicar esta subida” de las pensiones y considera que la ley de acompañamiento a los presupuestos incluirá medidas para dejar sin efecto la revalorización que obliga a aplicar la legislación actual. El Gobierno –añade- “debería aclarar cuanto antes qué va a pasar con esta paga de los pensionistas”, para disipar algunas dudas que persisten entre los analistas e inversores.

El profesor de la Universidad Pompeu i Fabra Sergi Jiménez, experto en pensiones de Fedea, está “seguro” de que este año las pagas de los jubilados “no se van a actualizar” con arreglo al IPC. El gasto en pensiones, explica, es la última partida que le queda al Gobierno para ajustar presupuesto y liberar recursos que potencien el crecimiento. Lo que hará el Ejecutivo es “pedir prestado a los mayores de hoy para sostener su nivel de consumo a medio plazo”, resume.