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Messi vuelve a rescatar al Barça

El argentino firmó el cuarto doblete de la temporada y salvó a los azulgrana ante el Spartak | Piqué se retiró lesionado en los primeros minutos

BARCELONA Actualizado: Guardar
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La victoria de Unai Emery sobre el Barça tendrá que esperar. El técnico guipuzcoano se ha enfrentado trece veces al conjunto azulgrana con tres escuadras distintas (Almería, Valencia y Spartak) y hasta la fecha no ha conseguido hacerse con la victoria. Sin embargo, en esta ocasión estuvo cerca. Su Spartak de Moscú se plantó este miércoles en el Camp Nou como un conjunto atrevido, sin complejos y a punto estuvo de dar la campanada. Pero se topó con un par de picotazos de la Pulga, que se despertó de su letargo justo cuando su equipo parecía que ya no tenía solución y lideró la remontada de un Barça que jugó muy lento todo el partido y arrancó la liguilla de Champions con una victoria (3-2). Muy trabajada, tirando de casta, de oficio y habrá quién dirá que no del todo justa y con muy poco juego, aunque a estas alturas de temporada lo de menos es el brillo y lo más importante es ir sumando de tres en tres para que las piezas vayan engrasándose a lo largo del curso.

El encuentro, en cualquier caso, le salió a Emery tal y como esperaba. «Quitarle la posesión al Barça es imposible, pero el control del partido sí es posible», dijo en la previa. Más o menos fue así durante una buena parte del mismo. Emery jugó a la contra y le salió casi perfecto. Fue capaz de sobreponerse a un gol tempranero de Tello y de dominar el choque hasta el minuto 71. Pero por experiencia sabe que los partidos en el Camp Nou se hacen muy largos. Conservar un resultado es casi un milagro cuando los azulgrana tocan arrebato. Perdían 1-2 y tenían que darle la vuelta. En 20 completaron la faena. Incluso les sobró casi un cuarto de hora. Para entonces estaban desmelenados y con una defensa de tres. Nada que ver con el dibujo inicial.

Tito volvió a apostar por una retaguardia de cuatro, tres centrocampistas (Xavi, Busquets y Cesc) y tres arriba, con dos extremos muy abiertos (Tello y Pedro). Vilanova quería abrir el campo, para que Messi y Cesc, que permutaban la posición de falsos delanteros centro pudieran sorprender entrando desde atrás. Pero el partido arrancó raro, soso, falto de ritmo. El Spartak le quería discutir la posesión del balón al Barça y además salía muy rápido a la contra con un ataque muy poderoso en lo físico. Séptimo en la liga rusa, el Spartak vive de la inspiración del nigeriano Emenike (no confundir con el exazulgrana Amunike) y del brasileño Ari. Son dos rocas en el choque y contragolpean con mucho peligro. Curiosamente, el Barça empezó a desconectarse del partido a raíz del tempranero gol de Tello. Recortó con la derecha en el pico del área, en el lado izquierdo del ataque culé, y cruzó al palo largo. Golazo. Pero el Barça pensó que ya lo tenía hecho y se dejó llevar. Hasta que a la media hora Emenike lanzó una contra, centró al área pequeña y Alves remató hacia su portería. Tanto desgraciado que acabó de descentrar a los azulgranas. Algo no carburaba, las transiciones eran muy lentas; el Barça daba la sensación de controlar el partido de cabo a rabo, aunque tampoco pisaba área.

En la segunda parte, los moscovitas se resguardaron algo más en su campo, aunque amenazaban con las contras. El Barça necesitaba una marcha más, darle picante, acelerar el pase, porque su juego resultaba muy previsible. El 1-2 cayó como un jarro de agua fría, porque se produjo en la jugada siguiente a que Messi tuviera el 2-1 en sus botas. Ari se lanzó por la banda, Mcgeady le acompañó para asistir a Romulo, que venía desde atrás. Contra de libro y el partido muy cuesta arriba para los de Tito. Aunque de alguna manera, el gol del Spartak sirvió de acicate para los culés. Tito buscó el revulsivo con Alexis. Sentó a Alves, cerró con tres y se lanzó a tumba abierta. El movimiento le dio resultado en seguida. Tello sentó a su defensor, buscó la línea de fondo y asistió a Messi con un pase de la muerte genial. Empate y aún quedaban más de 20 minutos, todo un mundo para los rusos que soñaban con la proeza en el Camp Nou. Vilanova puso más madera, dio entrada a Villa y en una jugada muy larga, Alexis encontró la cabeza de Messi. Segundo gol del argentino, cuarto doblete de la temporada y remontada que dejó un buen sabor de boca a la parroquia local, que temió por el resultado durante la segunda parte. La única nota negativa fue la lesión de Piqué, sustituido por Song, por un esguince en el tercio medio del pie izquierdo.