MUJERES DE HOY

Marilyn Monroe y Paula Strasberg: una dependencia peligrosa

La actriz mantuvo una estrecha relación con su profesora de actuación, que se convirtió en consejera y confidente.¿Fue la suya una amistad real?

MADRID Actualizado: Guardar
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A principios de 1955, justo cuando el mundo se preparaba para recibir una de las imágenes más icónicas del cine (la rubia dejando que el aire del metro levantara su ondulante vestido blanco), Marilyn Monroe abandonó Hollywood y se instaló en Nueva York. Quería convertirse en una actriz seria y se matriculó como alumna en el Actor’s Studio de Lee Strasberg. Era la escuela de actores más prestigiosa de su tiempo, semillero de estrellas, como Marlon Brando o Paul Newman. Reunía todo lo que Marilyn buscaba para enterrar el personaje con el que se había abierto paso en el cine y que detestaba: clásicos del teatro, intelectualidad,disciplina, prestigio. "Estoy cansada de que me consideren una “freak”, quiero ser una artista”, le dijo a Strasberg en su primera entrevista. El maestro captó enseguida la tormenta interior de la actriz y le aconsejó que se pusiera en manos de un psicoanalista para liberar su talento. Era raro y sobrenatural, un diamante sin pulir en el pozo de su dolor. Solo había visto algo así en Marlon Brando. Lee se convirtió en mentor y guía. Trabajaban en sesiones privadas, de las que la actriz salía arrasada por las lágrimas, pero eufórica. “Siempre he querido que la gente viera en mí no a la actriz, sino a la persona real –decía–. Lee lo ha conseguido. Me trata como a un ser humano”. Marilyn tenía 29 años. Cuando volvió a Hollywood, un año después, para rodar 'Bus Stop', a las órdenes de Joshua Logan, muchas cosas habían cambiado: por primera vez participó en las reuniones de guión, imponía su criterio en diálogos y escenas y, sobre todo, no se separaba de Paula Strasberg, la esposa de su maestro, convertida en su 'coach' personal.

Seis años juntas. Pocas relaciones hay tan desiguales y misteriosas como la que mantuvieron Marilyn y Paula. En las fotografías en las que aparecen juntas, la actriz dobla en estatura a Strasberg, siempre vestida de oscuro, como una viuda siciliana, con gafas de pasta y un severo recogido. Paula tenía entonces 45 años y bastantes kilos de más, que trataba de disimular con ropas amplias. Desde 'Bus Stop' y hasta la última película inacabada de Marilyn, seis años después, su fi gura negra y poco agraciada se convirtió en una presencia constante en los rodajes. Antes de cada escena, ambas susurraban en un aparte, y cuando la actriz era incapaz de acertar con sus frases, Paula la sostenía y juntas se alejaban para “concentrarse”. Se ocupaba de que comiera y descansara, disculpaba sus retrasos y combatía sus ataques de pánico. “Espero no volver a encontrarme con ese murciélago nunca más”, dijo John Houston tras rodar 'Vidas rebeldes'. Paula había debutado en el teatro con 16 años, a finales de la década de los 20. Antes de convertirse en la segunda esposa de Lee Strasberg, se apellidaba Miller y era una chica judía estilizada y rubia, militante del Partido Comunista, lo que le valió un puesto en la lista negra del senador McCarthy.

(Más información en: MujerHoy.com)