Cubierta de 'Todos los cuentos'. / Mondadori
LIBROS

La vuelta al mundo de Gabo en cuarenta cuentos

'Todos los cuentos' propone un viaje por el mágico imaginario del universal narrador colombiano a través de sus narraciones breves

MADRID Actualizado: Guardar
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El genio de Gabriel García Márquez (1927) se cocinó a fuego lento en sus cuentos. Gabo se hizo grande con unos relatos cortos en los que Macondo emergió pronto y sin los que no existirían sus celebradas novelas. Ahora que su portentosa imaginación se sume en las brumas de la desmemoria, es posible dar una vuelta completa a su rico universo en 'Todos los cuentos', los 41 relatos que ha firmado y que aparecen reunidos por primera vez en un solo libro.

Por extraño que parezca, hasta hoy no se habían agrupado todas las narraciones breves del autor de 'Cien años de soledad' y premio Nobel de Literatura en 1982. Se hace ahora en un volumen con el que el sello 'Mondadori' celebra un número redondo, el 500 de su colección, y agasaja a García Márquez, buque insignia de una larga y provechosa singladura editorial. Es un libro necesario que demuestra como las grandísimas novelas de Gabo han eclipsado a veces a los cuentos que las anticipan y como convergen en los cuentos lo mejor de la tradición latinoamericana y las innovaciones de grandes narradores del siglo XX, -Faulkner, Joyce o Malcom Lowry-, cribadas por el talento del genio colombiano.

Es un volumen de más de quinientas páginas que arranca en 1947 con 'La tercera resignación', cuento que se incluyó en 'Ojos de perro azul', y concluye en 1992 con 'El avión de la tierra durmiente' uno los excepcionales 'Doce cuentos peregrinos' con los que el escritor colombiano puso a prueba la madurez de su magisterio. Es también un azaroso viaje de Bogotá a Estocolmo. Arranca con un joven periodista de ojos y bigote de azabache que sueña con ser un gran escritor, y concluye junto al maestro consagrado que, con guayabera y el mostacho y las sienes encanecidas, recibe el mayor galardón literario del mundo.

Sin tregua para el lector

El libro, que rescata una portada de los años setenta para una selección de los cuentos de Gabo, reúne esas cuatro decenas de narraciones que armaron cuatro memorables colecciones aparecidas a lo largo de casi cuatro décadas: 'Ojos de perro azul' (1947-1955), 'Los funerales de la Mamá Grande' (1969), 'La increíble y triste historia de la Cándida Eréndira y su abuela desalmada' (1961-1972), y 'Doce cuentos peregrinos' (1976-1982). Muy diferentes, su denominador común es la capacidad para atrapar al lector sin concederle tregua. También la magia cotidiana que los inspira, ese realismo fantástico que el propio Gabo llegó a definir como "pararrealdad" y que integra la realidad más común con la onírica y la fantástica e un mismo ámbito narrativo.

En 'Ojos de perro azul están ya los cimientos de ese singular mundo mágico tan real como imaginario. El universo frondoso y frutal del Caribe colombiano en el que emerge Macondo. Se publicaron originalmente en un suplemento de 'El Espectador', el diario de Bogotá en el que se bautizó a Gabriel como Gabo y forjó como reportero sus armas de narrador. No se publicó como libro hasta 1974, casi una década después de la aparición de 'Cien años de soledad'. Estamos ante el García Márquez más poético e introspectivo, en el que vibran ecos barrocos de Lezama Lima y Alejo Carpentier trufados con pinceladas modernistas y surrealistas.

En 'Los funerales de la Mamá Grande' se afianza Gabo en su territorio mítico para narrar la muerte y las fastuosas exequias de "la soberana absoluta del reino de Macondo". Es un personaje tan humano como fantástico que reúne todas las claves del universo narrativo de Gabo. Dueña de bienes naturales y sobrenaturales, controla vidas y haciendas. Se publicó en 1962 y es el anticipo más claro de 'Cien años de soledad', que aparecerá cinco años después.

En 'La Cándida Eréndira', cuyos últimos cuentos son posteriores a la universal novela de García Márquez, aborda un tema recurrente en su narrativa, la explotación sexual de una menor. Eréndira, tras incendiar por descuido la casa de su abuela, verá como la anciana le obliga a prostiuirse para recuperarse de la ruina.

El cambio de registro llega con los 'Doce cuento peregrinos', donde no habla Gabo de Macondo aunque no se aleje de su imaginario al cambiar los tórridos escenarios caribeños por la fría Europa que él recorrió como legionario del periodismo. Repasa la suerte de muchos de los melancólicos inmigrantes políticos e intelectuales latinoamericanos, amigos muy próximos en algunos casos que, como él, buscaron fortuna profesional y nuevos horizontes a este lado del Atlántico. Gabo partió de "un sueño esclarecedor", el de su propio entierro, motor de estas ficciones, que le haría comprender que "morir es no estar nunca más con tus amigos". Los doce cuentos aparecen en el mismo año en el que se le concederá en Nobel de Literatura y algunos de los cuentos son fruto de su paso por Barcelona, un destino crucial para su carrera. En la Ciudad Condal se pondría en manos de Carmen Balcells, su verdadera 'Mamá Grande', y a la que debe buena parte de su reconocimiento universal.