Mario Monti abandona un hotel de Roma. / Reuters
crisis de gobierno en italia

Berlusconi presenta su dimisión

El primer ministro italiano ha comunicado al presidente Napolitano su renuncia al cargo

CORRESPONSAL EN ROMA Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Italia cerrará por fin hoy su aguda crisis de esta semana, tras haberse asomado al abismo de la quiebra con dos jornadas apocalípticas en las bolsas. Además, después de ceder Berlusconi a las presiones, según los medios italianos, lo hará casi seguramente de la forma que a todas luces parecía más sensata, con un nuevo Gobierno de unidad nacional guiado por el excomisario europeo Mario Monti. No obstante, habrá que esperar a hoy para saberlo con certeza, pues anoche seguían las negociaciones 'in extremis'. Pero esto casi parecía secundario ante lo que realmente se cerraba ayer para miles de italianos que se echaron a la calle en Roma en una impresionante movilización espontánea, en un ambiente de expectación casi de Nochevieja o como cuando ganaron el Mundial, con una multitud festiva esperando en la plaza del Quirinale, sede de la presidencia de la República, a que fuera oficial un acontecimiento: el fin de la era Berlusconi.

La dimisión de 'Il Cavaliere' tomó de forma inesperada un tono verdaderamente histórico pese a que había llegado de forma extraña, que parecía desinflar el efecto, al ser anunciada el martes y retardada para otro día. Es como si la gente no se lo creyera hasta que se hizo realidad. Casi parecía imposible después de casi una década en el poder que el magnate lo abandonara por la puerta de atrás. Fue así como salió de Palazzo Chigi, entre insultos de "¡ladrón!" y gente que incluso persiguió el coche. La dimisión, que se hizo oficial a las ocho y media de la tarde, formaba parte de un guión ya férreamente establecido por el presidente de la República, Giorgio Napolitano, para reducir los tiempos y la exposición del país al ataque de los mercados.

Berlusconi dimitió una vez cumplido el trámite que había retardado su renuncia, la aprobación de los presupuestos que incluían un paquete de reformas prometido a la UE. Fue ventilado a las seis de la tarde por la Cámara de Diputados, tras haber pasado el día anterior por el Senado. De este modo Napolitano hará hoy a toda velocidad las consultas con los partidos que marca la ley para encargar después a Monti la formación del Ejecutivo. A tiempo para llegar con el panorama despejado y el país en orden a la apertura de los mercados de mañana.

Agria guerra interna

Pero eso estaba previsto y lo realmente importante era que Berlusconi disipara la incógnita final y decisiva, si daba el visto bueno a Mario Monti o decidía tirarse al monte, pidiendo elecciones. Estaba en su mano porque el Ejecutivo de transición patrocinado por el presidente de la República solo podía nacer con el apoyo de los principales partidos, pues deberá tomar medidas impopulares e imponer grandes sacrificios que saquen a Italia de la crisis. Y el suyo, el Pueblo de la Libertad (PDL), fue el más votado en las últimas elecciones. Al final el líder del centroderecha habría accedido a dar paso al nuevo Gobierno tras una crucial comida de dos horas con Monti, según los medios italianos.

Después se celebró la reunión de la cúpula del PDL, sumido en una agria guerra interna, entre partidarios del excomisario europeo o los comicios. A última hora de ayer aceptaron el pacto, aunque queda abierta una fractura en toda regla de imprevisibles consecuencias. También supone la ruptura, después de quince años, de la alianza de Berlusconi con la Liga Norte, que no quiere entrar en el nuevo Ejecutivo, otro importante efecto de esta crisis en un cuadro político que está mutando a velocidad de vértigo.

'Il Cavaliere' invitó a Monti a almorzar en Palazzo Chigi, sede de la presidencia del Gobierno, y a la mesa se sentaron también Angelino Alfano, su virtual sucesor y secretario general de su partido, y Gianni Letta, el verdadero cerebro en la sombra de Berlusconi. Se puede imaginar de qué hablaron. Al magnate la opción de Monti le ha venido casi impuesta por las circunstancias y también por Napolitano, que en una hábil maniobra le nombró senador vitalicio el miércoles.

Monti se ha paseado por Roma desde el jueves casi como primer ministro 'in pectore' y la presión internacional también es enorme, con una ola de elogios al candidato desde todos los organismos y países, desde el FMI y la UE a Obama. Según 'Le Monde', Sarkozy y Merkel se habrían ofrecido ya a Napolitano para aterrizar en Roma y bendecir efusivamente a Monti. Para 'Il Cavaliere' es una situación insufrible, pero le preocupa casi más el hecho de poder perder el control de la situación en el futuro próximo.

Condiciones muy claras

Su primera pretensión era tener mano de alguna manera en el nuevo Ejecutivo, con hombres de confianza o manteniendo alguno de los actuales ministros, además de poder pactar un borrador de actuación. Ante esta evidencia, en la oposición había intenciones similares y se cruzaban numerosos vetos. El Gabinete amenazaba con nacer ya contaminado por la pelea política habitual. Sin embargo, Mario Monti, legitimado por la emergencia y que conoce el percal, ha puesto sobre la mesa condiciones muy claras. Si se mete en este berenjenal desea nombrar ministros de su confianza, decidir el programa inmediato y tener amplio margen de maniobra. Por eso se ha ido consolidando con las horas la tesis de un Gobierno de perfil eminentemente técnico, por encima de las diatribas políticas, o con nombres de absoluto consenso. Y con un tiempo limitado, que desemboque en elecciones, quizá en primavera.

Monti cuenta a su favor con el paraguas de Napolitano y, de hecho, el nuevo equipo se considera ya un 'Gobierno del presidente', en el sentido de que lleva la firma del jefe de Estado, que se ha impuesto en un momento de extrema gravedad y confusión política. Pero hay más. No es un secreto que Berlusconi teme un escenario preciso: Monti hace bien su trabajo, se convierte en salvador del país y, de repente, pasa a ser el candidato del centroizquierda en las próximas elecciones. Los medios italianos apuntan que 'Il Cavaliere' ha cedido, con el arma de ir a las urnas en caso contrario, tras negociar algunas condiciones mínimas. Por ejemplo, unos comicios a corto plazo o la presencia de Letta en el Ejecutivo. Sin embargo, anoche trascendía la negativa rotunda de la oposición a su entrada en el nuevo equipo.