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Cristiano Ronaldo se eleva a la estratosfera

El portugués logra un récord de goles impensable pero no consigue que sus críticos le acusen de fallar en las grandes citas

MADRID Actualizado: Guardar
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Si el gol es la salsa del fútbol, Cristiano Ronaldo (Portugal, 1985) se relame cada vez que perfora la meta rival. Tiene el ímpetu goleador de Telmo Zarra y el instinto voraz de Hugo Sánchez, delanteros alcanzados por el portugués como máximo goleador en la historia de la Liga durante una misma temporada. Dos mitos con un dominio goleador hasta este domingo incontestable. Y es que superar la treintena de goles durante una campaña es cosa de privilegiados: Solo nueve jugadores han sido capaces de dicha hazaña desde que el campeonato nacional comenzara en 1928.

El de Madeira es leyenda viva de la competición española con 38 goles oficiales, aunque el diario que concede el 'Pichichi' le otorga 39. Tiene asegurada la 'Bota de Oro' europea gracias a una gesta con mayúsculas que completó con un doblete a balón parado ante el Villarreal en El Madrigal. El luso convirtió en canela fina dos disparos descomunales ante los que nada pudo hacer Diego López.

Sin embargo, pese a firmar cifras estratosféricas, esta campaña ya acumula 51 en todas las competiciones, no todo son alabanzas hacia el madridista. Cristiano ha hecho su trabajo, aunque la sensación es que su implicación en el colectivo puede ser mayor sin perder efectividad. Ha marcado nueve goles en los tres últimos partidos, cuando el Real Madrid no tenía nada por lo que luchar en Liga y solo el luso estaba muy interesado. Hay quien le tacha de chupón, egoista, 'chulo', de preocuparse de sí mismo más que de sus compañeros o de gesticular en exceso durante los encuentros. Además, tras el altísimo precio que se pagó por su traspaso, abrió la puerta a juicios, reproches y demás críticas sobre su perfil como futbolista.

Angustia frente a talento

Su soberbia y egocentrismo le pasan factura en un país políticamente demasiado correcto y las comparaciones con Leo Messi están a la orden del día. El argentino es el mejor jugador del mundo. Cristiano Ronaldo, con los números en la mano, el mejor goleador del planeta. Aunque esto para el portugués no es suficiente. Él quiere ser también Messi pero ambos al mismo tiempo es algo imposible por mucho que supere sus registros anotadores en una temporada. Cristiano tendrá que 'conformarse' con ser ese jugador superlativo que a sus innumerables cualidades físicas y técnicas une un espíritu competitivo inigualable. Una ambición sin límites que le ha llevado a ser desde este domingo un referente goleador histórico a tener en cuenta en épocas futuras.

Su éxito es indiscutible, pero se le achaca que en las grandes citas no haya rendido al máximo nivel y desaparezca de la escena cuando se espera que marque la diferencia. Una angustia que en los grandes momentos ha condicionado su talento. No obstante, esta temporada desterró en parte esa leyenda negra marcando de cabeza el tanto del triunfo del Real Madrid en la final de la Copa del Rey ante el Barcelona en la prórroga.

Un triunfo en medio de su particular vía crucis ante el máximo rival y en partidos decisivos, puesto que en las semifinales de la Liga de Campeones ante los de Guardiola volvió a hacer patente la invisibilidad que se le atribuye cuando llega el momento de la verdad, ese en el que los valientes dan un paso al frente. Se hincha a marcar pero tiene varias cuentas pendientes. La presencia e importancia mediática del luso en partidos trascendentes la esperan también en Portugal, donde con la selección no ha brillado en choques vitales.