Fútbol | PRIMERA DIVISIÓN

Cristiano agrava la depresión del Getafe

El portugués suma tres nuevos goles en su lucha por el trofeo de máximo goleador

MADRID Actualizado: Guardar
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Cristiano no sabe de rivales amigos, ni de partidos de relleno, ni de minutos de la basura. El portugués insaciable dejó al borde del abismo a un Getafe deprimido, huérfano de ese carácter competitivo que se exige para salvarse y que sí mostraron en Chamartín, recientemente, el Sporting y el Zaragoza. Ronaldo luchó más que nadie, marcó dos goles de bella factura, puso la guinda al transformar un penalti más que dudoso y ya suma 36, cinco más que Messi y a solo dos del récord que comparten Zarra y Hugo Sánchez. Su media es mágica, de un gol por partido, y en los dos últimos acumula siete. Una barbaridad.

Mourinho reservó a Casillas y a Kaká, al que casi nadie echa de menos en el Bernabéu, pero nada de regalar el partido al Getafe y de adulterar la competición. En realidad, con Cristiano le bastaría para ir a por los tres puntos porque el rival, sencillamente no existió. Llegó casi derrotado de antemano, ya que Marcano, Víctor Sánchez y Pepe Ríos habían forzado la quinta amarilla y Albin y Manu, ya recuperados de sus lesiones, ni se probaron. Se jugarán la vida en las dos finales ante Osasuna y Real Sociedad, rivales directos.

Solo el astro portugués se las quería jugar todas. Y, si Di María no se la pasaba, le miraba con cara de pocos amigos. En el primer cuarto de hora, Cristano disparó contra Higuaín, al que dejó unos segundos casi sin aire, y envió otro trallazo que se estrelló contra un espectador al que dejó sangrando. Qué mejor disculpa que regalarle su camiseta al término del partido.

Lo intentó de todas las formas y encontró el primer premio tras un pase extraordinario de Özil. El turco-alemán se la puso con el empeine exterior de su pie izquierdo y el portugués se elevó sobre el central argentino para cabecear picado y hacer inútil el esfuerzo de Ustari. Pudo marcar otro parecido, minutos después, pero llegó más forzado para cabecear el centro de Di María.

Los azulones, en la línea que les ha llevado a flirtear con el descanso tras una horrible segunda vuelta. Tratan de tocar, no tiran pelotazos, pero son un conjunto vulgar. Les falta agresividad, convicción y hasta experiencia. Aunque el Madrid no se juegue la vida, para puntuar en el Bernabéu hace falta mucho más. Y, sobre todo, no perder balones en campo propio.

Un Madrid superior

El ‘Geta’ no probó al joven Adán hasta los 34 minutos. Apenas tuvo que estirarse el portero para atajar un tirito de Colunga. Ya al borde del descanso, el delantero asturiano se sacó un buen frentazo, tras un saque de esquina, que desvió a Arbeloa con tanta fortuna como acierto.

El ¿choque? siguió los mismos trazos en la reanudación. El Madrid sesteó con la tranquilidad que le concede el final de temporada y al ‘Geta’ le faltaron genio, orgullo y fútbol. Ni siquiera con Miku ya en el campo dio la sensación de inquietar a Adán, de todos modos muy atento y valiente. Tanto que se llevó un rodillazo involuntario de Colunga, que entró con todo en un balón dividido pese a que estaba en fuera de juego.

Tan flojitos estaban los de Míchel que convirtieron una falta a favor en el gol de la sentencia en contra. Arizmendi, nada que ver con el prometedor jugador que parecía en el Atlético, quiso sacar una falta rápida y regaló un contragolpe que cerró Cristiano. Ustari desvió un mano a mano con Higuaín y el balón se le quedó a Özil, que regaló el gol al portugués. Se lo tomó con calma Ronaldo. En lugar de remachar a puerta casi vacía, la paró, templó y marcó con suavidad. Mourinho hizo un guiño al espectáculo con las entradas de Benzema y Adebayor. El francés marcó un buen gol y el togolés le regaló un ‘hat trick’ a Cristiano que solo la mano de Ustari evitó. Lo consiguió en el descuento y de penalti. Como anécdota, debutó Mejías, el cuarto portero blanco de la temporada.