Entre la bravuconada de Rosell y el músculo de Messi

La prudencia que Pep Guardiola lleva vendiendo desde hace casi tres años y el respeto al rival que transmite dentro y fuera del vestuario se han visto amenazados de repente por un exceso verbal del presidente del Barça, Sandro Rosell, que apostó por otra 'manita' en la final de la Copa del Rey que enfrentará al equipo azulgrana y al Real Madrid, el 20 de abril en Valencia. "Pongo un 5-0 en la porra para no perder la costumbre", comentó en la presentación de la campaña benéfica 'Enviem la fam a la porra' ('Enviemos el hambre a la porra'), destinada a recoger alimentos para los más desfavorecidos gracias a las donaciones de los participantes en una 'porra' solidaria.

Rosell explicó que él no juega nunca, y quizás no vuelva a hacerlo debido a la controversia que van a crear sus palabras, pero justificó haber hecho una excepción por tratarse de una iniciativa solidaria del club. El presidente del Barça se ha apostado un kilo de comida de cada patrocinador azulgrana del sector de la alimentación: Pastas Gallo, Arròs del Montsià, Llet Nostra y Borges. No le fue a la zaga el presidente de la Generalitat de Catalunya, Artur Mas, quién apostó por un 4-0 en honor al número de barras de la bandera catalana.

A Pep Guardiola no le gustó la verborrea de Sandro Rosell, que hasta ahora se había mostrado bastante más prudente que su antecesor en el cargo, Joan Laporta. El técnico de Santpedor no quiere que el Madrid encuentre una extramotivación en las declaraciones que provengan desde Barcelona. Precisamente, en el vestuario azulgrana pesos pesados como Xavi han reconocido que los delirios de Jose Mourinho le vienen de maravilla al equipo para conjurarse en busca de la victoria. Se tiene la certeza de que la bravuconada de Rosell va a ser utilizada en su favor por el entrenador portugués. El portero Pinto, que habló el día después de renovar hasta 2012, la rebajó todo lo que pudo: "Yo me conformo con levantar la Copa".

Bastante tenía ya Guardiola con la preocupación por las molestias en el aductor derecho de Leo Messi. Aunque las ecografías y la resonancia magnética que le realizaron a su llegada a Barcelona han descartado cualquier lesión muscular, sigue siendo duda para jugar el sábado en Villarreal. Se someterá a un tratamiento de fisioterapia hasta horas antes del choque que comienza a las 22 horas, por lo que el interrogante se mantendrá hasta el final. Los médicos de la selección argentina, ahora que el jugador ya no está bajo su disciplina, han avisado del riesgo de una rotura. En el Camp Nou no son tan pesimistas, pero van a extremar todas las precauciones. Con Puyol lesionado, Abidal enfermo y Xavi sancionado, las buenas noticias podrían ser las respectivas altas médicas de Pedro, Bojan y Maxwell.