protestas en tailandia

La Policía impide con gas lacrimógeno que los camisas rojas asalten la sede de una televisión por satélite en Bangkok

Thaicom tiene competencias para desbloquear P-TV, un canal que respalda a los manifestantes y cuya señal fue bloqueada ayer por el Gobierno por incitar a la agitación civil

BANGKOK Actualizado: Guardar
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Los cuerpos de seguridad han empleado, por vez primera, gases lacrimógenos y cañones de agua a presión contra los miles de manifestantes que desde hace casi un mes exigen la dimisión del Gobierno y elecciones anticipadas.

Cuatro guardias y 18 'camisas rojas', como se conoce a estos opositores seguidores del ex primer ministro Thaksin Shinawatra, han resultado heridos en la refriega ocurrida en las afueras de Bangkok entre 7.000 policías y 12.000 manifestantes. El Hospital Lat Lum Kaew atendió a 15, sólo uno con heridas serias, y el Hospital Pathum Thani a otros siete.

Los agentes antidisturbios protegían las instalaciones de Thaicom, una compañía de servicios por satélite que cortó la señal de la cadena de televisión P-TV, de la oposición, por orden de las autoridades el miércoles. Jatuporn Prompan, uno de los dirigentes de la protestas subido en un camión y con un megáfono, arengó a los suyos a avanzar, para recuperar la voz y los oídos del pueblo, en referencia a P-TV.

Tras unos minutos de caos y enfrentamientos, los agentes con cascos y escudos retrocedieron y los manifestantes irrumpieron en el recinto, aunque el viceprimer ministro tailandés responsable de la seguridad, Suthep Thaugsuban, había asegurado horas antes que eso nunca ocurriría. Los 'camisas rojas', agrupados bajo la plataforma Frente Unido para la Democracia y contra la Dictadura, abandonaron su conquista después de obtener el compromiso de las autoridades de que restablecerá la señal de P-TV hoy.

Manipulación de información

Otro enfrentamiento menos impetuoso tuvo lugar en el cruce de Ratchaprasong, una de las zonas neurálgicas de la ciudad, con comercios, hospitales y colegios en los alrededores, y que la protesta tiene tomada desde el sábado pasado. También allí, los cuerpos de seguridad acabaron por ceder y replegarse para evitar una escalada de violencia, pese a que cuentan con el estado de excepción decretado en la capital el miércoles para impedir este tipo de sucesos.

El portavoz del Ejecutivo tailandés, Panitan Wattanayagorn, ha resumido la jornada con la siguiente frase: "Puede que hayan conseguido reabrir P-TV, pero hallaremos la forma de cerrarlo de nuevo". Las autoridades acusan a esta cadena de televisión de manipular la información y de incitar al desorden civil.

Los juzgados han emitido en las últimas 24 horas órdenes de detención contra 24 cabecillas de la protesta: 17 por ocupación ilegal en Ratchaprasong y siete por dirigir a los manifestantes que irrumpieron en el Parlamento el miércoles. "Si la Policía arresta a los líderes de los 'camisasrojas', estoy seguro de que las manifestaciones continuarán por Songkran (fiesta del año nuevo tailandés que se celebra la semana próxima)", ha advertido Veera Musigapong, cabecilla del Frente Unido.

Unos 33.000 miembros adicionales de las fuerzas de seguridad de Tailandia habían sido desplegados dentro y fuera de Bangkok para evitar disturbios ante la gran movilización anunciada para hoy por el Frente Unido. Además, el estado de excepción permite al Ejército asumir el control de la seguridad, declarar el toque de queda y disolver cualquier asamblea pública, entre otras disposiciones.

Ola de violencia

Desde que arrancó la 'marea roja' con 100.000 personas en Bangkok, el 14 de marzo, los cuerpos de seguridad no habían dispersado por la fuerza a los manifestantes. La única violencia en las semanas pasadas fue la proveniente de las granadas y artefactos explosivos, más de una treintena, arrojados por desconocidos contra edificios gubernamentales o sucursales de bancos opuestos a Shinawatra.

Tailandia atraviesa una profunda crisis política fruto de la lucha entre los seguidores y detractores de Shinawatra, depuesto en la asonada de 2006. El Frente Unido, fundado por aliados de Shinawatra, considera ilegítimo este Gobierno porque nació de pactos parlamentarios y no de las urnas y exige la convocatoria de elecciones este mes.