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El Gobierno provisional de Kirguizistán abre consultas con Rusia, la OSCE y la ONU

El presidente depuesto se niega a renunciar a su cargo e intenta agrupar a sus partidarios y representantes de su clan familiar

MOSCÚ Actualizado: Guardar
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El Gobierno provisional de Kirguizistán ha abierto consultas con Rusia, la OSCE y la ONU para lograr el respaldo diplomático internacional y evitar el estallido de un conflicto civil, tras las revueltas que llevaron al derrocamiento del presidente Kurmanbek Bakíev. "Nos preocupa la situación en Kirguizistán. Hemos conversado sobre la necesidad de evitar la violencia y garantizar la seguridad, la estabilidad y los derechos humanos", ha dicho Zhanibek Karibzhánov, enviado especial de la Organización sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), tras reunirse en Biskek con Rosa Otunbáyeva, la nueva líder kirguís.

Otunbáyeva ha informado al emisario de la OSCE de que el depuesto presidente Bakíev, refugiado en su patria chica en el suroeste del país, se niega a renunciar a su cargo e intenta agrupar a sus partidarios y representantes de su clan familiar. Bakíev, quien se encuentra en la localidad de Markai, en la región de Jalal-Abad, sólo rompió la víspera su silencio para asegurar que no dimitirá, aunque admitió que no puede influir en la situación en Kirguizistán, antigua república soviética de 5,3 millones de habitantes limítrofe con China.

Otunbáyeva pide a la comunidad mundial que se investiguen los "abusos del régimen de Bakíev", derrocado el pasado miércoles tras unos violentos enfrentamientos entre policía y manifestantes opositores en la capital que dejaron 76 muertos y unos 1.500 heridos.

Descartada una guerra civil

La política, ex ministra de Exteriores que dirigió la incruenta Revolución de los Tulipanes de 2005, rechazó cualquier diálogo con Bakíev, pero ha asegurado que su Gobierno permitirá que éste abandone el país si renuncia voluntariamente al poder y a la resistencia. Subraya que ya se ha dado orden de busca y captura del hermano de Bakíev, Zhanysh, el jefe de los servicios secretos que había ordenado disparar contra la multitud, y del hijo menor de aquél, Maxim, quien controlaba la economía y las finanzas de Kirguizistán, considerado el país más pobre de Asia Central.

La jefa del Gobierno provisional descarta la posibilidad de una guerra civil, al subrayar que las nuevas autoridades cuentan con suficiente respaldo en las regiones del sur y suroeste del país, donde se refugia Bakíev, según la agencia Akipress.kg.

Junto a Karibzhánov -diplomático de Kazajistán, país de Asia Central que preside actualmente la OSCE- también ha llegado a la capital kirguís el emisario de la ONU Jan Kubis, enviado por el secretario general de la organización, Ban Ki-moon. Además, el sábado llegarán a Biskek Hebert Salber, director del centro de prevención de conflictos de la OSCE, y el representante especial para Asia Central de la Unión Europea (UE), Pierre Morel.

El papel de Rusia, fundamental

Fuentes diplomáticas en Bruselas subrayan que la visita de Morel será crucial para el reconocimiento del nuevo Gobierno kirguís por parte de los países comunitarios y la UE. "En la Unión no hay un rechazo al nuevo gabinete. Su reconocimiento dependerá de su capacidad de garantizar el orden y de proteger a sus ciudadanos del caos", ha dicho un diplomático comunitario a la agencia rusa Itar-Tass. Simultáneamente, el Gobierno provisional inició negociaciones con Rusia, el primer país cuyos dirigentes expresaron su apoyo a las nuevas autoridades kirguises y les ofrecieron urgente ayuda humanitaria y económica.

Con este fin, ha llegado a Moscú el viceprimer ministro kirguís Almazbek Atambáyev, encargado de negociar créditos y recabar el apoyo moral y diplomático de Rusia, que mantiene influencia en Asia Central y cuenta con una base aérea cerca de Biskek. "Lo principal en esta visita es obtener el reconocimiento de esa gran potencia mundial, lo que acabaría con las esperanzas de una revancha entre los partidarios de Bakíev", ha dicho Omurbak Tekebáyev, otro viceprimer ministro kirguís, al diario ruso Gazeta.ru.

Tekebáyev ha lamentado que su Gobierno no haya obtenido similar apoyo por parte de Estados Unidos, que tiene en Kirguizistán un centro de tránsito de cargamentos a Afganistán, crucial para la campaña militar afgana. Pero en Biskek reaccionaron favorablemente al anuncio de que las autoridades estadounidenses se han negado a recibir al jefe de la diplomacia de Bakíev y a su hijo Maxim, sorprendidos en EEUU por la caída del régimen, acusado de autoritarismo y corrupción.

Aunque Tekebáyev deja abierta la posibilidad de que Biskek se plantee el cierre de esa base estadounidense, que ha reanudado su funcionamiento normal tras haber reducido los vuelos a Afganistán durante los acciones violentas en Biskek, esa eventualidad la descartó Otunbáyeva, ex embajadora kirguís en EEUU y el Reino Unido. "Son especulaciones", sentencia la nueva líder kirguís, quien asegura que su Gobierno cumplirá todos los acuerdos y compromisos internacionales asumidos por el país, según la agencia 24.kg.