PATRIARCA DE LAS LETRAS ESPAÑOLAS

Lo que han dicho de Delibes

Diversas personalidades destacan su mérito en el uso de un castellano limpio y sobrio

MADRID Actualizado: Guardar
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El humanismo, el dramatismo e incluso la crueldad como categoría estética son algunas de las características que diversas personalidades, muchas ya fallecidas, destacaron en su momento de la obra de Miguel Delibes, sin olvidar su mérito en el uso de un castellano limpio y sobrio.

Quizás fue el Rey quien, el 25 de abril de 1994, con motivo de la entrega del Premio Cervantes a Miguel Delibes, resumió mejor todo aquello que ha dado personalidad a la obra del escritor. Don Juan Carlos dijo en su discurso que la obra de Delibes "encarna la existencia y la experiencia vital de Castilla y de sus regiones limítrofes" y "es quien mejor ha escuchado y ha dado voz a nuestra población rural y provinciana, sometida desde antiguo a continuo despoblamiento y a la paulatina disgregación de muchos de sus valores, ritmos y modos vitales". "Para captar y narrar dicha realidad -añadió el monarca- el autor se ha dejado guiar por tres destacadas facultades: su innata capacidad de fabulación, su sentido del oído para recoger el rico acervo de vocabulario, sintaxis y modos de hablar de Castilla; y su insobornable criterio moral para lo que es justo y merece ser reivindicado".

Intelectuales, académicos y escritores ya fallecidos

El académico de la Lengua Manuel Alvar sembró de elogios al autor de El camino, en un ciclo de conferencias que sobre Delibes celebraron en Madrid intelectuales y escritores en 1992, que sus historias "no pueden dejarnos indiferentes" porque "el humanismo y dramatismo que encontramos en sus obras nos sacan de nuestros estados de apatía y nos hacen reaccionar", y siguió diciendo que Delibes "nos transmite una lengua que le llega original, y de la que es imposible apropiarse ni destruir".

Con motivo de la concesión del Premio Cervantes a Delibes, el 1 de diciembre de 1993, el Premio Nobel Camilo José Cela se limitó a decir que era "una decisión sensata", "tan correcta como la que en su momento recayó en Jorge Guillén" -el primer Premio Cervantes- y se quejó de no recibirlo él, cosa que ocurrió dos años después.

El escritor Francisco Ayala y miembro del jurado de este galardón dijo que es "un premio completamente merecido", porque Delibes es "muy importante y tiene una obra muy completa".

Para el filósofo y ensayista Julián Marías eran "sobrados" los "méritos" de Delibes para este galardón porque "somos amigos y es un escritor al que admiro muchísimo". El intelectual José María de Areilza, Conde Motrico, manifestó que, además de "admirar enormemente a Miguel Delibes", le unía a él un hecho emocional "inolvidable": haber leído una página de la obra de Delibes Señora vestida de rojo sobre fondo gris tras fallecer su esposa, a modo de homenaje.

La poeta cubana Dulce María Loynaz, ganadora del Cervantes un año antes que Delibes, "estimó justa la elección que en su nombre ha hecho el jurado, en el que debí tomar parte y no lo hice por razones ajenas a mi voluntad y que hubiera sido la misma, ratificando la de los demás" y declaró que "todavía" recordaba "la vigorosa personalidad de Miguel Delibes en obras como Diario de un cazador y Los santos inocentes".

El filólogo y académico Emilio Alarcos LLorach subrayó "la constante de la muerte en la obra narrativa de Delibes" y citó dos estados en los "personajes delibesianos ante el enigma de la muerte: su actitud explícita ante la desaparición propia y la preocupación cuando es al prójimo a quien acecha, sin olvidar el grado de implicación o de inhibición del autor según predomine la simpatía o la ironía", como ya mostró su primera novela, La sombra del ciprés es alargada (1948).

Corín Tellado, la "reina de la novela rosa", se confesó en Valladolid lectora asidua de Delibes, entre otros escritores, como Torrente Ballester, Vargas Llosa o Cabrera Infante, de quienes dijo haber "aprendido mucho".

En 1998, cuando salió a la venta la novela El hereje, el poeta Francisco Pino aludió a la atemporalidad de la narrativa de Delibes, "un creador que avecina a sus personajes de forma intemporal y permanente" con una prosa a la que también definió como "un nuevo castellano, muy suyo, muy personal".

En 1999, durante la presentación de la colección de la editorial Destino Mis libros preferidos, el escritor Francisco Umbral destacó en la obra de Delibes -su descubridor y gran amigo- la crueldad como categoría estética, "con el objeto de hacer partícipe al lector del sufrimiento del personaje".

Con motivo de la candidatura de Delibes al Nobel de Literatura, el poeta y prosista José Manuel Caballero Bonald calificó en 2001 al vallisoletano de escritor "muy noble", pero consideró que su literatura "se ha quedado a trasmano por su dedicación al mundo más triste de Castilla" y que las novelas eran "temáticamente depresivas y propias de la época de la literatura realista y la denuncia social".

Intelectuales, académicos y escritores vivos

El 21 de abril de 1994, durante un homenaje que críticos y periodistas rindieron a Delibes, Andrés Amorós destacó en él una cualidad difícil de hallar en la literatura: "la capacidad de reducir al máximo el verbo para decir lo justo con la palabra exacta y en un castellano limpio, sobrio, despojado de retórica y complejidad". Su colega Santos Sanz Villanueva atribuyó la "clave" del éxito de Delibes al hecho de que ha sabido poner "ese condimento justo que hace sabroso un guiso" y comentó de su obra lo siguiente: "La más importante: Cinco horas con Mario, la de más contenido social: Los Santos Inocentes y más de cuarenta títulos de grandes novelas, esa miscelánea compuesta por temas cinegéticos y campesinos". Joaquín Marco subrayó la "capacidad de síntesis" de Delibes, algo que "aprendió del periodismo, al igual que este oficio, en el que se ejercitó en su juventud, le enseñó a observar y ahora le ha convertido en atento cazador de las voces hablantes campesinas o urbanas que se le acercan".

El director de la Fundación Jorge Guillén y escritor Antonio Piedra manifestó en 1999, con motivo de la concesión del Premio Nacional de Narrativa a El hereje (1998), que Delibes "siempre nos sorprende, y no sólo imaginativamente, sino en su empeño de hacer novelas y en ser un trabajador de la literatura".

En 1999, durante la presentación de la colección de la editorial Destino Mis libros preferidos, el director de la Academia Española de la Lengua, Víctor García de la Concha, calificó de "ejemplar" la trayectoria de su amigo Delibes, "gran notario, registrador" de la lengua viva.

El filólogo y periodista Jorge Urdiales, autor del Diccionario del castellano rural en la narrativa de Miguel Delibes (2006), dijo en la presentación del glosario que los 329 vocablos recopilados son un "tesoro" léxico que estaba "a punto de perderse".

En 2007. el escritor Gustavo Martín Garzo afirmó en su ensayo La lealtad a las cosas que el arte de narrar de Delibes radica en "ver donde antes no se veía"; mientras que Gonzalo Sobejano, maestro de filólogos y catedrático de Literatura Española en la Universidad neoyorquina de Columbia, comparó con una especie de "ritmo de la compasión" a la técnica de Miguel Delibes.