INDUSTRIA

Wikinger da luz al futuro de la industria gaditana

Iberdrola inaugura este lunes la plataforma eólica instalada en Alemania y en la que la factoría de Navantia en Puerto Real ha participado de manera fundamental

Imagen de la subestación 'Andalucía I' en el complejo eólico-marino alemán Wikinger, que se inaugura este lunes LA VOZ

MARÍA ALMAGRO

En unas horas se dará uno de los pasos hacia al frente mas esperados y más esperanzadores para la industria gaditana. Y se dará a miles de kilómetros. En el mar Báltico, a unas 40 millas de la costa del norte de Alemania. Allí sobre esas aguas poco salinas emerge uno de los proyectos renovables más ambiciosos de toda Europa , la plataforma eólica Wikinger, desarrollada por la compañía española Iberdrola y en cuya construcción ha participado la factoría puertorrealeña de Navantia de manera fundamental.

De Matagorda salieron 29 de los 70 'jackets' que componen este impresionante parque marino, y sobre todo, el ‘cerebro’ que recoge y transforma toda esa energía, la subestación ‘Andalucía’, que lleva la luz generada a más de 350.000 hogares. Wikinger abre sus puertas como ejemplo de que muchos recursos se pueden obtener de lo que nos ofrece la propia naturaleza y además como prueba de que hay una puerta abierta y muy rentable para la industria de la provincia de Cádiz que va más allá de lo puramente naval.

Para llegar hasta Wikinger hay que navegar unas 40 millas náuticas, aproximadamente 75 kilómetros que son los que lo separan del parque del puerto de Mukran, al noroeste de la isla de Rügen. Una vez allí comprobar como las 80.500 toneladas de peso de la subestación se suspenden en el centro de 70 gigantes molinos es algo espectacular. Se entiende entonces que lo que se tienen delante es un hito de la ingeniería renovable. Los aerogeneradores despliegan sobre tu cabeza sus enormes brazos a una altura de 75 metros. Sus palas, de 67, giran a ritmo recogiendo la energía, cumpliendo así su misión.

Carga de trabajo para 1.500 personas

Iberdrola ha organizado un acto oficial este lunes para inaugurar Wikinger y enseñarle al mundo este proyecto cien por cien español. La compañía eléctrica encargó en junio de 2014 a Navantia algunos de los elementos que la componen. Piezas que han sido entregadas en tiempo y forma y que suponen un paso más en la versatilidad de ambas empresas. Este contrato significó 160 millones de euros de inversión y carga de trabajo para 1.500 personas en los astilleros gallegos y gaditanos.

Iberdrola inició en diciembre de 2017 las primeras pruebas de funcionamiento del complejo Wikinger en aguas alemanas . La plataforma que se construyó en Puerto Real para albergar el centro de transformación eléctrica de este complejo se bautizó con el nombre de ‘Andalucía’, en homenaje a sus ‘padres’ y luce con orgullo un escudo del municipio puertorrealeño en uno de sus frontales.

Para la construcción del parque, se hincaron en el fondo marino 280 pilotes para sujetar las cimentaciones. Se instaló la subestación marina Andalucía, construida en el astillero de Puerto Real. Dos cables submarinos conectaron la energía del parque con la subestación terrestre de Lubmin. También se instalaron más de 80 kilómetros de cables submarinos entre los aerogeneradores del parque eólico.

En este tiempo la actividad no ha cesado en el puerto de Sazznitz, en la península de Mukran. Con turnos ininterrumpidos de 24 horas, ingenieros y técnicos de varias nacionalidades han estado formando los molinos con las piezas que les iban llegando desde España y Alemania y traslandándolas hasta el parque donde hacían el montaje final.

En la construcción de Wikinger han participado también los astilleros de la ría de Ferrol, la empresa asturiana Windar que se hizo cargo de las torres de los molinos, y Adwen (colaborada por Gamesa) que firma los aerogeneradores. En definitiva, 34 kilómetros de pura energía en medio del Báltico y con sello cien por cien español.

Cada molino eólico marino de Wikinger mide 270 metros, frente a los 324 de la torre Eiffel. Sus 70 turbinas también fueron elaboradas por una empresa española, en este caso Gamesa. Y las 70 torres fueron fabricadas por Windar en Avilés. El peso total de cada molino asciende a las 2.000 toneladas.

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