Bahía de Cádiz

Navantia bota la primera corbeta saudí con la vista puesta en otro contrato naval

El buque ha sido bautizado con el nombre de la ciudad de Al-Jubail

El barco tiene capacidad para transportar a 102 personas y está dotado con lo último en tecnología

La corbeta saudí en el astillero de Navantia en San Fernando

Javier Rodríguez

El astillero de San Fernando ha sido escenario este miércoles de la botadura de la primera de las cinco corbetas que construye Navantia para la Marina saudí . La factoría isleña no albergaba un acto de esta envergadura desde que el 30 de marzo de 2017 botó el quinto BAM de la Armada española, bautizado con el nombre de 'Audaz', y construido en las instalaciones gaditanas. La ceremonia de este 22 de julio ha sido austera y ha estado marcada por el impacto del coronavirus . La delegación saudí que se encuentra en la planta de San Fernando desde que comenzó la obra de las corbetas, en enero de 2019, ha sido la única representación institucional de Arabia en la botadura del buque, que ha estado presidida por presidenta de Navantia, Susana de Sarriá . La corbeta se deslizó pro la grada número dos del astillero hasta tocar el agua poco antes de las 17.30 horas. A partir de ahora queda un trabajo en el muelle de equipamiento de su cubierta hasta la realización de las pruebas de navegación.

La ceremonia comenzó con la lectura de unas palabras del Corán , realizadas por el comandante de la Marina saudí, el vicealmirante Fahad Bin Abdullah Al-Ghofaily, tras lo cual se ha mostrado un vídeo sobre la ciudad de Al-Jubail que da nombre a esta primera corbeta . Durante la ceremonia han sonado los himno de España y Arabia. El comandante saudí ha resaltado la importancia de este proyecto, contratado a Navantia, como uno de los programas más importantes de adquisición en cuanto a capacidades y que refleja una sólida relación entre España y Arabia Saudí reforzando la cooperación entre las dos Armadas. Al acto también ha asistido el CEO en funciones de la empresa mixta fromada entre Arabia y Navantia SAMI, Walid Abukkaled.

El acto ha tenido lugar, precisamente, en uno de los momentos de inflexión de la carga de trabajo de los astilleros de la Bahía de Cádiz y justo dos días después de que el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicara el rendimiento económico del ejercicio de 2019 de las empresas públicas integradas en la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI), holding al que pertenece Navantia.

Los astilleros públicos españoles siguen en pérdidas, pero empiezan a reducir su déficit. Navantia perdió el pasado ejercicio un total de 173,7 millones de euros frente a los 224 millones de 2018 o los 296 millones, cifra récord, de 2017. La culminación el año pasado del último de los cuatro petroleros de la serie Suezmax , para el grupo vasco Ibaizábal, y el i nicio de la obra de las cinco corbetas saudíes en el astillero de San Fernando, entre otros acuerdos, han servido a la empresa pública para reducir su volumen de pérdidas. No obstante, el panorama que se presenta para 2020 no es nada alentador para la constructora naval, debido al impacto del coronavirus y a la ausencia de contratos que garanticen carga de trabajo en la Bahía de Cádiz, más allá de 2023. La carta que tiene Navantia a su favor para seguir a flote se encuentra en el contrato de las fragatas F-110 para la Armada Española y en los contratos offshore que puedan firmarse en lo que queda de año.

Anfibios y fragatas

No obstante, las relaciones entre España y Arabia para un nuevo contrato naval siguen adelante. LA VOZ adelantó el pasado lunes que Navantia ha presentado de forma oficial una oferta al gobierno saudí para la construcción de dos buques anfibios y también un avance para la participación en un programa de nuevas fragatas. Las autoridades de Riad han confirmado que el contrato de las corbetas, que ahora se construyen en San Fernando, no tendrá continuidad, es decir, los cinco barcos completan las necesidades de su Marina, pero se abre la puerta a un nuevo acuerdo para anfibios y fragatas.

En la ceremonia de botadura , Susana de Sarriá ha puesto de manifiesto su compromiso con la Marina saudí para repetir el modelo de colaboración conseguido con la Armada española y la Marina australiana. Y ha destacado el propósito de Navantia de contribuir al desarrollo de las capacidades navales e industriales del país a través de otros futuros programas.

La corbeta saudí | F.Jiménez

LA VOZ ha podido saber que la sección de ingeniería de Navantia se ha llevado un año trabajando a destajo en el diseño y desarrollo de dos buques anfibios que se adapten a las necesidades del cliente saudí . Así, los ingenieros de Navantia han tomado como referencia los dos buques anfibios (LPD) de la Armada española y, sobre ellos, han realizado algunas modificaciones para ajustar la oferta a las necesidades de la Marina saudí. Se trata de los buques 'Galicia' y 'Castilla', ambos con base en Rota, y construidos entre 1995 y 1998 en el astillero de Ferrol por la antigua Izar. Ambos buques cuentan con hangar para cuatro helicópteros y la posibilidad de transportar hasta 600 efectivos, además de carros de combate. Disponen también de un hospital en su interior. El embajador de Arabia en España, su Alteza el Príncipe Mansour Bin Khalid Al Farhan Al-Saud, visitó el pasado enero la planta isleña para comprobar el desarrollo de la obra de las corbetas y también visitó el astillero de Puerto Real, donde comprobó ‘in situ’ el potencial de sus grúas y el dique para una obra como la de los buques anfibios. Igualmente, Navantia ha incluido en la oferta de Arabia las posibilidades de un buque anfibio de altas prestaciones como el 'Juan Carlos I' (LHD), de la armada española, con capacidad también para el atrerrizaje y despegue de naves.

Concursos internacionales

La firma de este contrato militar sería clave para el futuro de Navantia, ya que, de momento, no tiene nada atado a medio plazo en el ámbito de la defensa, a excepción, de las cinco fragatas F-110 que se desarrollarán en el astillero de Ferrol para la Armada española. Las expectativas de construcción naval de Navantia descansan ahora sobre su participación en tres concursos internacionales , al margen de la oferta de Arabia. Se trata de la oferta presentada a Marruecos para la construcción de tres patrulleros de altura de la serie Avante, similares a los BVL que se construyeron en el astillero de San Fernando en 2005 para Venezuela.

También está la oferta presentada a Reino Unido para la construcción de tres buques logísticos (AOR) para la Royal Navy, donde Navantia participa en el proyecto con un socio tecnológico inglés: grupo BMT (British Maritime Technology).

Por último está la oferta presentada a India en el concurso abierto para la construcción de 6 submarinos. Compite con Naval Group-DCNS (Francia), Rosoboronexport Rubin Design Bureau (Rusia), ThyssenKrupp Marine Systems (Alemania) y Saab (Suecia). Además participa en el programa LPD de la Marina India junto al astillero local Larsen & Toubro, que incluye el diseño y construcción de cuatro unidades anfibias con capacidad portaeronaves y compite con la francesa Noval Group.

Cabe recordar que Navantia perdió entre 2018 y 2019 dos importantes concursos militares con Australia y Canadá debido a los efectos del Brexit, mientras que en abril de este año perdió toda opción para fabricar diez fragatas para Estados Unidos.

La botadura de la primera corbeta saudí abre un nuevo horizonte de manera que el siguiente buque será botado en el mes noviembre . Según el programa de trabajo, el último de los barco será entregado a la Marina saudí en 2024. Incluye, además de la construccción, el apoyo al ciclo de vida durante cinco años desde la entrega del primer buque con opción a otros cinco años adicionales.

La obra de las corbetas supone una carga de trabajo de alrededor siete millones de horas que, traducido a empleo, alcanzarán la cifra de 6.000 personas en el tajo durante cinco años. De esta mano de obra, unos 1.100 son empleos directos, más de 1.800 pertenecen a la industria auxiliar y otros 3.000 son empleos indirectos generados pro los suministradores. Serán más de 100 las empresas ausiliares que participan en este programa naval.

La corbeta saudí | F.Jiménez

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