BORRASCA FILOMENA

Gaditanos en plena nevada: «Esto parece de película»

La borrasca Filomena causa estragos en el interior peninsular, sin posibilidad de desplazarse y desabastecimiento en los supermercados

Guillermo, uno de los gaditanos residentes en Madrid, durante la nevada. L.V.

Verónica Sánchez

El temporal de nieve 'Filomena' está causando estragos en el interior peninsular. Carreteras y calles impracticables, placas de hielo, suspensión de clases, son algunas de las consecuencias de la borrasca que ha azotado España los últimos días y que ha dejado en Madrid estampas nunca vistas. Gaditanos que viven en la capital están viviendo el histórico temporal con una mezcla de templaza, perplejidad y expectación por lo que sucederá en los próximos días. La emergencia continua y LA VOZ ha hablado con algunos de ellos como Guillermo Osorio , ingeniero informático que lleva ocho años residiendo en Madrid.

«No he visto nada así en la vida», narra por teléfono a este periódico el portuense. De hecho, su experiencia con la nieve había sido escasa hasta ahora . «Estuve viviendo en Granada, que fue la primera vez que vi nevar y aquí todos los años cae algo, pero esto ha sido brutal», detalla el informático, que teletrabaja desde el inicio de la pandemia del Covid-19, allá por marzo.

Guillermo está tranquilo, tiene comida en casa porque el viernes por la tarde hizo la compra (llegó el jueves de Cádiz, tras pasar en la provincia las vacaciones de Navidad) y dispone de calefacción, así que ha decidido no salir a la calle en toda la semana, debido al peligro de caminar sobre las placas de hielo en las que han convertido la nieve las bajas temperaturas. Vive en el barrio de Ciudad Lineal y cuenta cómo algunos vecinos han bajado a limpiar la acera y los accesos al portal. Además, los empleados de los comercios de su calle hacen lo propio con las entradas a sus establecimientos, equipados con palas y pequeños picos, para conseguir recuperar en algo la 'normalidad'.

Un supermercado en Madrid este lunes. L.V.

Se espera que lo peor de la ola de frío llegue ahora, con temperaturas que alcanzarán los -10ºC en el interior de la Península . Por eso Alicia ha decidido salir este lunes a hacer la compra. Con mucho cuidado, mientras anda por la calle helada, habla por teléfono con este periódico. «He visto desde la ventana que el supermercado está abierto y he bajado a intentar comprar», cuenta esta odontóloga isleña que lleva años residiendo en la capital. «Los niños no han ido al colegio y yo no he podido ir a trabajar, porque vivo en Las Tablas (barrio al norte de la capital) y trabajo en Valdemoro (pueblo al sur), tengo que ir en coche y no se puede circular por la carretera. De hecho no puedo ni sacar el coche de donde está aparcado», relata.

Temporal y Covid

«Tenía previsto ir a hacer la compra el viernes, no pensé que la cosa iba a ser tan gorda, y cuando me di cuenta bajé y ya habían cerrado el supermercado», cuenta, al tiempo que relata su aventura. «Nos faltaba leche y algunas cosas básicas, así que el sábado salí a buscar un supermercado. Todo cubierto de nieve, seguía nevando con ventisca. Horrible, aquello parecía 'Doctor en Alaska'», señala, recordando la famosa serie de los '90. «Encontré uno en el quinto pino. Y al temporal había que sumarle el Covid: aforo, cola esperando fuera bajo la nieve . Me río porque parece todo una película», dice entre risa nerviosa.

Alicia explica que muchas calles siguen intransitables todavía, la nieve se ha vuelto dura y el hielo es muy peligroso. «Están limpiando sobre todo las calles principales, en las otras la carretera está llena de nieve todavía», explica. Además, los vecinos de su bloque se han reunido para quitar nieve en la entrada del garaje y las zonas comunes . «También se puede ir a por unos sacos de sal de 15 kilos que ha puesto la Comunidad de Madrid», dice.

Alicia, en el temporal. L.V.

Los próximos días son un interrogante. «No sé si mañana podré ir a trabajar» , confiesa Alicia. En principio, los niños no tienen colegio hasta el miércoles, pero esta madre cree que alargarán la suspensión de clases toda la semana. Mientras, vuelve a casa con la compra a medio hacer. «Faltan muchas cosas, sobre todo frescos. Nada de verdura ni carne», afirma.

El mismo panorama se ha encontrado Fernando en el supermercado este lunes: ni pan, ni carne y apenas fruta y verdura. A este vigilante de seguridad que trabaja en Casa de Campo y vive en San Sebastián de los Reyes, el temporal de nieve le pilló librando en casa, pero afirma que s us compañeros «han estado durmiendo en el trabajo» y «haciendo turnos de 36 horas», porque no podían volver a casa ni era posible que llegase su relevo.

Ir a comprar, «una gymkana»

Este martes Fernando trabaja, pero no puede ir en coche, así que tendrá que usar el transporte público. «En coche tardo 20 minutos en llegar al trabajo y en transporte público más de una hora», detalla este gaditano que lleva cinco años en Madrid. «Ir al supermercado es una gymkana», explica, «el suelo está cubierto de bloques de hielo». «Yo había visto la nieve dos veces en mi vida, y ahora he pasado 30 horas seguidas viendo nevar desde la ventana. La nieve ha alcanzado los 60 centímetros de espesor », narra a LA VOZ.

Dos décadas lleva en Madrid Manuel , al que la situación actual le recuerda «un poco al confinamiento» ocasionado por la pandemia de Covid-19, «no podemos salir de casa ni coger el coche salvo que sea estrictamente necesario». Vive cerca de los estudios de Telecinco, «por allí sí han pasado las máquinas y les han hecho un caminito», cuenta como detalle.

Por su parte, junto a otros vecinos ha limpiado alrededor de la finca en la que reside, para poder salir a la calle. « El problema es el desabastecimiento en las tiendas . El sábado caí en la cuenta e intenté buscar lo que pude. Pero muchos supermercados no están abiertos porque los empleados no pueden llegar», dice, al tiempo que espera que «en un par de días las carreteras estén despejadas».

Manuel, en su calle. L.V.

«Estamos teletrabajando y los niños sin colegio», cuenta este informático que también ha residido en el extranjero. «En Nueva York había visto nevadas así, pero allí todo está preparado porque suele pasar. Hay máquinas quitanieve, de sal, pero aquí en Madrid no está preparado, lo que es normal porque no suele pasar», explica. «El viernes por la noche salí a hacer fotos y daba miedo. Coches tirados en el arcén de la carretera de Burgos. Madrid era una ciudad fantasma », detalla Manuel.

Una ciudad a la que intenta volver Roberto , que regresó a Cádiz esta Navidad con su mujer y su hija y ahora no puede volver. Este arquitecto gaditano trabaja en una constructora y «después de Reyes iban a empezar muchas obras pero se han tenido que retrasar». Su esposa es profesora de infantil y no tiene problema porque las clases se han suspendido (si bien continúa trabajando de forma telemática), pero él debe incorporarse lo antes posible a su puesto.

«Nuestra primera idea era volvernos el domingo pero de momento seguimos aquí porque el acceso a Madrid, si bien por la A5 se puede conducir, las vías pequeñas son impracticables», cuenta. Después de ver el cariz que estaba tomando la situación decidieron retrasar la salida al lunes y comprar unas cadenas para las ruedas del coche (porque no se puede entrar en la Comunidad de Madrid sin ellas), algo que llevaban intentando desde el sábado en toda la provincia sin éxito. «Esta mañana he encontrado en Chiclana unas que eran las últimas que quedaban», dice. Así que el viaje lo harán este martes . La odisea sigue.

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