FESTIVIDAD DEL TRABAJO

Ni fuerza, ni unión

Los sindicatos mayoritarios y alternativos celebran por separado un año más el Primero de Mayo en Cádiz

La Fiesta del Trabajo es un termómetro que mide el desapego social con el mundo sindical en una jornada que languidece por años

Cabecera de la manifestación del Primero de Mayo en Cádiz el pasado año FRANCIS JIMÉNEZ

JAVIER RODRÍGUEZ

La unión hace la fuerza o, al menos, este es el mensaje que han difundido los sindicatos durante décadas. En estos momentos no existe ni unión ni fuerza para responder a la movilización laboral que solicitan las centrales sindicales en el Día Internacional del Trabajo . La desconfianza y el desapego hacia los representantes de los trabajadores es cada vez mayor y ha sido, precisamente, la iniciativa popular la que ha marcado el paso para afrontar los problemas sin depender de instituciones políticas o sindicales.

La celebración del Primero de Mayo se ha convertido en un termómetro capaz de medir la relación que guardan los sindicatos con la sociedad. Por segundo año consecutivo los sindicatos mayoritarios y los alternativos marcharán en Cádiz cada uno por su lado . Tanto UGT como CC OO han convocado una manifestación a las 12 horas en la capital que partirá de la plaza de España hacia la Subdelegación del Gobierno, mientras que las centrales minoritarias (Autonomía Obrera, Ustea, SAT, CTA, USO, CGT y la Coordinadora de Profesionales del Metal) iniciarán su protesta a la misma hora pero desde San Severiano hacia el Cerro del Moro.

Las manifestaciones arrancan a mediodía, pero una discurre por Canalejas y la otra por San Severiano

También, un año más, la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (Csif), con 5.800 afiliados en la provincia, se descuelga de la convocatoria mostrando así su rechazo a las directrices y políticas de las centrales con más representación. Su presidente en la provincia, Enrique Estévez, señala que «no coincidimos ni en las formas ni en muchos puntos de los argumentos que aportan los otros sindicatos» .

Las diferencias entre los sindicatos mayoritarios y los alternativos son abismales. Los pequeños culpan a UGT y CC OO de favorecer la situación de deterioro de las relaciones laborales y ser cómplices, en cierto modo, de la precariedad que se ha impuesto en el mercado de trabajo. Por el contrario, los sindicatos mayoritarios rechazan de plano esta acusación y defienden que uno de los objetivos de este Primero de Mayo en la provincia es salir a la calle para protestar contra la precariedad y la reforma laboral porque, como reza el eslogan conjunto de esta edición, «no hay nada que celebrar» .

Plante de los pensionistas

No es la primera vez que los conflictos laborales y las protestas de calado social toman caminos diferentes. Los pensionistas, por ejemplo, decidieron el pasado marzo tomar las calles de Cádiz sin banderas. La plataforma de jubilados por una pensión digna se desmarcó del llamamiento sindical y protagonizó el pasado 17 de marzo una manifestación histórica en Cádiz, seguida por más de 5.000 personas. El mal tiempo reinante no fue obstáculo para que jubilados y pensionistas gaditanos se echaran a la calle ese día bajo una única pancarta y un mismo lema . No hay que olvidar que ese mismo día UGT y CC OO, amén de representantes de IU, también protagonizaron una manifestación por la subida de las pensiones que acabó en la puerta de la Subdelegación de Gobierno.

La crisis ha marcado el antes y el después en las relaciones entre sociedad y sindicatos . Atrás han quedado esas convocatorias multitudinarias del Primero de Mayo donde la clase obrera hacía valer sus derechos y dejaba constancia de sus problemas. El cierre de Delphi en febrero de 2007 desencadenó una de las manifestaciones con mayor participación de las que se recuerdan en Cádiz con motivo del Día Internacional del Trabajo. Más de 20.000 personas, según los organizadores, y unas 10.000, según la Policía Local, clamaron aquella mañana por el empleo en la Bahía. A partir de entonces, la convocatoria ha ido perdiendo intensidad y languideciendo hasta concentrar una media de 2.000 personas.

L

El sindicato Csif, con 5.800 afiliados en la provincia, se descuelga de nuevo de la convocatoria

os efectos de la crisis, la desesperanza, los escándalos de corrupción que han salpicado a las centrales sindicales y la aplicación en sus propias organizaciones de la criticada reforma laboral han llevado a romper el idilio entre la clase trabajadora y sus portavoces . No hay ‘feeling’. Esta situación de rechazo o desconfianza se ha traducido en una fuerte caída de la afiliación sindical. La imposibilidad de pagar las cuotas y el hartazgo de promesas incumplidas ha llevado a romper el carné sindical a más de 8.000 gaditanos en los cuatro últimos años, según publicó LA VOZ en 2016. La tendencia, lejos de mostrar síntomas de recuperación, ha seguido a la baja según fuentes consultadas por este periódico.

La mejora económica, aunque débil aún en la provincia, ha marcado en cierto modo las distancias. No obstante, todavía queda mucho camino por andar y muchos problemas por resolver. Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), correspondientes al primer trimestre de 2018, han desvelado que el mercado laboral gaditano resiste y progresa lentamente, aunque la tasa de desempleo ha aumentado en un punto, hasta situarse en el 31,2%. Pese a todo, el dato interanual es positivo, ya que en doce meses se ha logrado atajar el desempleo en 21.600 personas. La última cifra de demandantes de empleo en el SAE corresponde al mes de marzo, donde Cádiz sumó un contingente de parados de 156.715 desempleados, lo que equivale a 2.098 menos que en febrero.

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