EFECTOS DEL CORONAVIRUS

Confinadas con su peor enemigo

Las llamadas de auxilio por violencia de género aumentan durante el Estado de Alarma aunque bajan las denuncias: «Tienen más miedo», advierten

«El maltratador tiene ahora todas las condiciones idóneas como el control las 24 horas»

Los recursos de auxilio están activos y la atención que se les da desde diferentes instituciones es permanente

María Almagro

«El maltratador tiene ahora mismo las condiciones más idóneas para atacar». La frase es dura pero real. El encierro, el control, el poder hacer y deshacer sin que nadie te vea, el insulto, la vejación, la humillación, los golpes... en una casa de la que no se puede salir es el peor escenario posible para quien sufre de violencia de género . Condenadas a vivir encerradas con su peor enemigo. Con un miedo permanente a hacer cualquier cosa que pueda suponer una nueva pelea, un problema, otro daño para ella o sus hijos. Sintiéndose solas y con la incertidumbre del dónde ir.

Sin embargo no están solas y no tienen por qué quedarse en sus casas . Asociaciones e instituciones siguen manteniendo activos todos los recursos de ayuda y auxilio para que cualquier víctima pueda escapar en el momento que quiera y pueda. El Estado de Alarma no ha frenado esta imprescindible red de atención ni tampoco los profesionales que luchan contra esta lacra que siguen a disposición de ellas las 24 horas del día para atenderlas. «No estáis solas», les repiten una y otra vez.

«Estamos haciendo un seguimiento permanente », cuenta Lola Barrios. Ella es psicóloga del Centro de Información a la Mujer de El Puerto de Santa María. De sobrada experiencia esta profesional no deja de atender llamadas y continúa con sus terapias aunque ahora lo tenga que hacer a distancia ya que las visitas a sus oficinas se han suspendido por las medidas de prevención del coronavirus. Tanto Lola como el resto del equipo de este centro dan apoyo a mujeres víctimas de violencia de género, les ofrecen asesoramiento y se ponen a su disposición para que su pesadilla acabe cuanto antes. Y siguen. No han parado. Es más. Ahora entienden que tienen que estar al cien por cien. Que al otro lado del teléfono se les puede necesitar más si cabe y que es necesario que el sistema de atención no falle.

«El confinamiento es un escenario idóneo para un maltratador», cuenta la psicóloga. « Ellos no salen de casa y las tienen completamente controladas, lo que quieren . Ellas no tienen esa catársis de al menos tener el respiro de salir a la calle, ver a una amiga, un familiar... es un círculo muy peligroso; ellos se van volviendo más dominantes, lo tienen todo bajo su control, y ellas, más sumisas para evitar esas situaciones de enfrentamiento por temor a ponerse en riesgo o poner en peligro a sus hijos». El grado de sufrimiento por tanto es mayor. A una circunstancia ya de por sí complicada se suma el ahogo de sentirse todavía más encerrada.

«¿Y dónde voy, y más ahora?», es la pregunta que se repiten. «Si cuando tienen la libertad de irse de su casa les resulta difícil, con el confinamiento se echan más para atrás. No encuentran el apoyo de nadie de su entorno, no tienen posibilidad de verlos o hablar con ellos porque están controladas cada minuto... es muy difícil». Sin embargo su maltratador se siente seguro . «Como ellas no salen, no necesitan aislarlas, tienen la situación perfecta: ‘como yo estoy aquí no hace nada que yo no vea’. Es un control las 24 horas.

Sin embargo las denuncias han bajado. La razón para esta profesional es clara. «Tienen más miedo, están controladas, no pueden salir a la calle y darles a ellos esa excusa». La prueba evidente de que este retroceso no es real, es decir, que hayan bajado el número de casos, es que las llamadas al 016 y otros servicios de atención a las víctimas de esta violencia se han duplicado. «Está claro que no es que estén mejor sino que están encerradas». Un hecho que también ocurre entre las parejas que no conviven. Las denuncias han bajado pero sencillamente es porque ahora se ven menos.

«Que las denuncias hayan bajado no es que estén mejor sino que están más controladas y no salen de casa»

Y otro grupo importante. Aquellas mujeres que han sufrido malos tratos y que están en proceso de recuperación . Se sienten también encerradas. «La sintomatología que suelen presentar son trastornos de ansiedad, depresión, estrés postraumático.. el hecho de verse ahora aisladas agrava su estado emocional. Ellos no aparecen pero su malestar continúa», asegura la psicóloga.

Por todo ello desde este centro de ayuda y otros mantienen el contacto posible (dependiendo de cada caso) con sus usuarias. «Les vamos dando instrucciones como qué ayuda pueden pedir, les recordamos los teléfonos y les hablamos para que sepan que seguimos aquí. A las de mayor riesgo pues les recomendamos que por ejemplo tengan en una bolsa toda su documentación para que salgan de inmediato de casa ante cualquier riesgo o emergencia». Y por supuesto continúa todo tipo de asesoramiento y terapias. En este caso las videollamadas no son siempre posibles y la atención siempre se hace primando la seguridad y bajo una absoluta confidencialidad.

Desde los colectivos que atienden este tipo de casos de violencia temen que haya un repunte una vez termine el Estado de Alarma. «Cuando ellos ya no sientan ese control y ellas comiencen de nuevo a hacer su vida, salir y ver a otra gente. Vuelva a su vida cotidiana y a él no le guste». Y entonces, si siguen viviendo bajo el mando de su agresor, tendrán que decidir si dan o no el paso. «Por desgracia sigue habiendo un mayor porcentaje de casos que nos vienen derivados de centros de salud, de la Policía... que las que buscan ayuda por iniciativa propia», cuenta la profesional. «Muchas veces no son conscientes de que son víctimas de violencia de género, o lo excusan o se convencen: ‘esto ya lo arreglo yo’. También existe mucha dependencia emocional –‘no me quieres pero ya te quiero yo’–, o chantajes en caso de que tengan hijos, son muchas las circunstancias».

Pero a pesar de todo esto, hay salida. Hay forma de escapar. Incluso confinadas. Se trata de una situación perfectamente justificada para poder salir de casa y denunciar o buscar ayuda. Lola Barrios insiste:«Por favor, hay recursos disponibles, que no se les olvide que tienen a mucha gente a su disposición para seguirles ayudando. No están solas. Hay teléfonos, hay acompañamientos si quieren ir al médico, a la asistente, a la Policía... hay ayuda. El servicio sigue intacto».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación