CONFERENCIA. Reid, ayer en el Foro Nueva Sociedad. / EFE
ESPAÑA

El sacerdote que medió en el Ulster augura un acuerdo para el fin de ETA en dos años

El clérigo irlandés Alec Reid afirma que la banda está preparada para enterrar la violencia «para siempre» Sostiene que presionar a los terroristas podría llevarles a una escisión interna

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El sacerdote irlandés Alec Reid, mediador en el conflicto del Ulster y que ahora trata de fomentar el diálogo entre las fuerzas políticas vascas, aseguró ayer que «ETA está preparada» para enterrar definitivamente la violencia. Reid señaló que la mesa de partidos en Euskadi podría reunirse por primera vez en septiembre, y lograr un acuerdo en «un año o 18 meses», es decir, sobre marzo de 2008. «Una vez que se llegue a un acuerdo, será definitivo», subrayó.

El clérigo redentorista, que hizo estas afirmaciones en Madrid durante su participación en el Foro de la Nueva Sociedad, repasó cómo se gestaron los acuerdos de paz para Irlanda del Norte, y recalcó que una de las «lecciones» del proceso irlandés es que hay que contar con todas las fuerzas, y eso significa en este caso incluir a Batasuna en las negociaciones aunque siga existiendo ETA.

Reid, que ha mantenido numerosos contactos en los últimos meses con dirigentes políticos vascos, afirmó estar «convencido» de que el Gobierno de Rodríguez Zapatero y el PSOE buscarán la fórmula para permitir que la formación ahora ilegalizada esté en la mesa de conversaciones.

Lo contrario, indicó, «no sería democrático» y podría prolongar el conflicto «eternamente». «Creo que el partido socialista quiere, tanto como Batasuna, que sea legalizada», señaló.

Entregar las armas

El sacerdote criticó la negativa del PP a participar en la negociación y confió en que la formación que lidera Mariano Rajoy cambie de parecer y sus dirigentes acepten participar en el proceso. «Espero que vengan, creo que vendrán y ayudarán mucho», aseguró, aunque apuntó que «en este momento están muy divididos».

Para Reid, otra «lección» aprendida de la pacificación del Ulster es que «si un partido no quiere hablar, ese partido está violando los derechos de los demás», pero eso no puede impedir que el proceso continúe. Aseguró que en los últimos seis meses intentó hablar dos veces con el principal partido de la oposición a través de una persona del PP, a la que describió como «un santo». Afirmó que hace un par de semanas recibió signos de que alguien de las filas populares le respondería, pero no fue más preciso.

El mediador resaltó también que ahora no es el momento de exigir a ETA que entregue las armas porque «una organización como ETA tiene que darlos pasos uno a uno». Una exigencia inmediata de desarme, alertó, podría provocar una escisión dentro de la organización como la que sufrió el IRA irlandés a finales de los años noventa, y que desembocó en acciones sangrientas como el atentado de Omagh, perpetrado por la denominada IRA Auténtica y que provocó 29 muertos y más de 200 heridos. «Podría crearse una nueva ETA» liderada por sus activistas más jóvenes, «que son los más violentos», avisó.

Tregua trampa

A diferencia de lo que sucedió con el alto el fuego de 1998, Reid señaló que esta «no es una tregua trampa». Entre sus contactos, afirmó haber hablado con el presidente del PSE, Jesús Eguiguren; Gorka Aguirre, del PNV, y con los dirigentes de Batasuna Arnaldo Otegi y Pernando Barrena. Consideró, no obstante, que el «líder real de la izquierda (radical vasca)» es el secretario general del sindicato LAB, Rafael Díez Usabiaga, al que situó «al mismo nivel como líder político que Gerry Adams».

En cuanto al papel a desempeñar por las asociaciones de víctimas, Reid insistió en que no deben sentarse a la mesa de negociaciones a menos que constituyan un partido político. Consideró, sin embargo, que en cualquier proceso de paz las víctimas deben ser la «inspiración» de toda labor mediadora.