La ciudad que no sonríe

La cara es el espejo del alma y la imagen que proyecta en estos momentos la ciudad no es, precisamente, su mejor carta de presentación. El abandono se ha adueñado de algunos rincones del casco urbano. El desgaste de su mobiliario urbano, los actos vandálicos en parques y la falta de inversión en mantenimiento han pasado factura a la estampa de una ciudad que ha presumido de limpia. El tópico de Cádiz tacita de plata empieza a ser un recuerdo más que una realidad.

El Ayuntamiento, pese a su política de austeridad, insiste en que no se ha reducido el gasto en limpieza viaria y renovación, sin embargo, hosteleros y asociaciones de vecinos discrepan de ello. Basta con dar un paseo por las Murallas de San Carlos, la plaza de Mina o el paseo de Santa Bárbara para advertir que el tiempo no pasa en balde.

Deja huella. No obstante, empresarios y vecinos reconocen la labor de la Policía de Barrio, que hace de correa de transmisión con el consistorio a la hora de elevar las quejas vecinales y anotar los desperfectos viarios.

El presidente de la Asociación de Vecinos 5 de abril, Manuel Salomón, reconoce que a la ciudad, como a las casas, necesita de obras de mantenimiento para lavar la cara, sin embargo, esta práctica se ha frenado en Cádiz en los últimos meses.

Reuniones con Urbanismo

Los representantes vecinales del barrio de Loreto mantuvieron una reunión con el concejal de Urbanismo, Martín Vila, a finales del pasado año que culminó con una visita a la zona. Desde luego, siempre hay algo que hacer. En aquella ocasión, el edil se llevó una carpeta con 17 reivindicaciones de mejora en el barrio. De momento, se han solucionado siete deficiencias, pero siguen sin solución el resto. Varias arquetas de la plaza del Aviador no tienen tapadera, el acerado está abierto y los socavones se han convertido en un peligro para los peatones, además faltan papeleras en varias calles del barrio.

El concejal del PP y exresponsable de Patrimonio, José Blas Fernández, ha sido especialmente crítico con la situación de «abandono» que presenta la ciudad. Según Fernández, «no se invierte en mantenimiento ni en reposición, solo se cumple con el servicio de limpieza viaria».

El equipo de Gobierno ha convocado para el próximo 13 de mayo el Pleno de Presupuestos. La reunión debe servir para aprobar las cuentas de 2016. Se trata del primer presupuesto de la etapa Kichi. No hay que olvidar que las cuentas del Ayuntamiento de Cádiz se encuentran prorrogadas desde 2014 y es ahora cuando el nuevo gobierno municipal de Podemos y Ganar Cádiz quiere imponer sus criterios con la aplicación de unas cuentas propias. El espíritu de este nuevo presupuesto, que asciende a 151 millones de euros, es gasto social. Así, se reservan 31,3 millones para Zonas con Necesidades de Transformación Social, sin embargo, la inversión en obra pública queda reducida a proyectos muy puntuales como son estudios técnicos del Museo del Carnaval y el Teatro Pemán.

El presidente de los hosteleros de Cádiz, Antonio de María, señala que la ciudad no ha avanzado, es decir, sigue igual, lo que significa un paso atrás porque «no hay renovación». De María rompe una lanza en favor del consistorio al advertir que las tareas de mantenimiento se llevan a cabo, «pero otra cosa es que fueran más amplias como queremos todos».

Bancos rotos, alcorques levantados, socavones y farolas sin luz forman parte del listado de denuncias que a diario plantean los vecinos en las redes sociales para una rápida solución. Sin embargo, la tardanza es arreglar los desperfectos es lo que peor llevan los peatones. El presidente de la asociación de vecinos del barrio de Astilleros, Luis Arenal, destaca sin tapujos que la ciudad está «paralizada», no hay inversión. Un recorrido nocturno por el entorno de El Corte Inglés y San Severiano revela que la iluminación brilla por su ausencia, pese a que son dos puntos estratégicos de la ciudad que se vieron afectados por la obra del segundo puente. Arenal confiaba en que la apertura del nuevo acceso a la ciudad traería importantes arreglos al barrio, pero no ha sido así. Las farolas de la plaza de las Américas siguen fundidas y las mejoras en el parque de Astilleros no llegan.

La sensación de las asociaciones de vecinos es de absoluta dejadez. Crece la hierba en las aceras del Olivillo, grafitis en el Campo de las Balas, desperfectos en La Punta, bolardos rotos en la Glorieta de Zona Franca, desperfectos en los bancos de la plaza Mina o espacios verdes sin tratar conforman las quejas vecinales que a diario aparecen en la Red en forma de denuncia.

El presidente de la asociación vecinal Murallas de San Carlos, Enrique Carril, llama la atención sobre los actos vandálicos y la demora del Ayuntamiento a la hora de poner solución. Así, la reposición de los bancos de la calle Honduras y de la plaza de San Germán está aún pendiente. No obstante, Carril, al igual que el resto de presidentes vecinales, alaba la actuación de la Policía de Barrio, que se encarga de recibir las denuncias. El pasado febrero, el Ayuntamiento presentó el nuevo programa de esta unidad policial, que ha ampliado tanto sus efectivos como las zonas de cobertura. Son 17 policias los que se encargan de este servicio, que se desarrolla a partir de ahora tanto en intramuros como en extramuros.