SUCESOS

Aumentan en un veinte por ciento los detenidos por robos en Cádiz

El arresto de muchos de los ladrones que asaltaron varios comercios en la capital gaditana ha frenado la escalada de estos robos

M. Almagro

A finales del pasado año saltaba la alarma en Cádiz capital por una consecución de robos que se produjeron durante varias semanas en establecimientos comerciales de la capital. Tras estos asaltos, la Unidad de Delincuencia Urbana de la Brigada Judicial de la Comisaría Provincial de la Policía Nacional se puso manos a la obra para identificar y detener a los presuntos autores de estos robos dando con ellos y poniéndolos delante de un juez.

Según datos oficiales, el incremento de estos delitos fue real, aunque la subida con respecto al año anterior no fue tampoco algo desorbitado . Hubo un 5,6 por ciento más de estos hechos delictivos con respecto a los registrados el año anterior. Sin embargo, el número de detenidos en esta tipología aumentó un 17,9 por ciento.

Estos asaltos se cometieron principalmente en establecimientos comerciales. Los robos con fuerza en interior de viviendas bajaron sin embargo casi un treinta por ciento. Los detenidos en la mayoría de los casos se dieron por dos circunstacias. La primera, gracias a las investigaciones que se realizaron –tanto por el equipo de Delincuencia Urbana como por el apoyo de las unidades de Seguridad Ciudadana en la calle–, pero también debido a las intensificación en las vigilancias y controles que se llevaron a cabo que dio como resultado que a algunos de estos delincuentes se les cogiera in fraganti cuando estaban robando o acaban de entrar por la fuerza en alguno de estos comercios.

La preocupación se puso más seria en otoño pasado. Eran ya demasiadas denuncias de comerciantes desesperados porque de una sola atacada la habían arruinado su esfuerzo. Muy repetidos además. El modus operandi se repetía. Siempre actuaban de madrugada, se solían mover en motos y rompían los escaparates por alunizajes o forzaban directamente con palanquetas las barajas y las puertas.

Las detenciones más relevantes se produjeron casi en cadena. En enero de 2018 fueron hasta cuatro los arrestados. Viejos conocidos. Moisés P. F. y 'El Guijo' o los hermanos Fernández González. Todos más o menos del mismo perfil. Como por ejemplo El Guijo, que con tan solo 21 años acumula 23 detenciones por parte de la Policía Nacional y otras seis de la Guardia Civil. Se le acusa de delitos contra el patrimonio, robos con fuerza y sustracción de vehículos. Su especialidad, según se desprende de su historial, son los ‘palos’ con ciclomotor. Así entró en un comercio de telefonía de Cádiz. Los investigadores pudieron identificarlo a él y a otros dos más. También dejó su huella en una tienda de deporte de la calle Alonso Cano.

En marzo cayeron otros dos de estos supuestos ladrones. J. A. F. G. y D. Q. I. También acusados de dar 'palos' con las mismas artes. Cuando los investigadores registraron sus domicilios encontraron material que esclareció, según se informó, hasta once robos en establecimientos. Uno de ellos fue pillado al salir de una de estos pisos que estaba ubicado en plena Avenida. Se resistió con dureza a los agentes. Dentro hallaron numeroso material como unos jamones robados horas antes, un congelador repleto de pescado y marisco al parecer también sustraído días atrás, además de trajes de neopreno o artículos de peluquería, entre otros numerosos efectos. A uno de los sospechosos se le relacionó además con una fuga en la que arrollaron con un coche a una patrulla policial. El otro arrestado, de unos 30 años, tenía (otro más)numerosos antecedentes encima.

El mes de abril fue muy fructífero en cuanto a número de detenidos. Cayeron hasta nueve personas. Entre ellos, varios receptadores . Una pieza clave en este ‘negocio’. Si los productos que se roban no tienen salida, no salen las cuentas. No hay que olvidar que la persona que compra o revende algo sabiendo que es robado también está cometiendo un delito. En este caso la Policía Nacional recabó pruebas y recuperó varios teléfonos que sirvieron como prueba fundamental para acusarlos. Además, en ese mes también se detuvo a los presuntos autores de un robo en una tienda de deportes. Cinco jóvenes que habían utilizado motos robadas para entrar en la tienda reventando el escaparate.

Tras todas estas detenciones, la situación se tranquilizó. Hasta que un poco antes de verano hubo otro repunte. La Policía volvió a actuar y arrestó a nueve personas. A uno de ellos, M. S. T. C. se le llegó a detener hasta en tres ocasiones.

Y en los últimos meses del año, se pilló a una pareja también muy conocida por los agentes, a los que se les imputó hasta catorce de estos robos. En los registros realizados en sus domicilios se volvieron a encontrar numerosos objetos sustraídos, así como elementos de prueba que los incriminaron como presuntos autores de los hechos investigados. Fueron a prisión.

La insistencia de este tipo de delincuentes que cuando salen de prisión vuelven en su mayoría a recaer en esta clase de delitos es una complicada batalla. Actuar contra ellos necesita por tanto de una labor combinada y continua en la que participan los agentes de la Policía Judicial pero también los de las patrullas de Seguridad Ciudadana, que vigilan permanentemente las calles, y los de la Policía Científica, que analizan todas las pruebas.

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