Justicia

Veinticinco años de agonía: el crimen de Juan Holgado en la gasolinera de Jerez

El 22 de noviembre de 1995, el joven perdía la vida después de que entraran a atracar en la estación de servicio donde trabajaba y le asestaran 30 puñaladas

Sus padres siguen buscando justicia. Tras ir en dos ocasiones a juicio, los presuntos culpables salieron absueltos. Las malas prácticas policiales y judiciales pusieron de manifiesto los puntos débiles del sistema

Francisco Holgado, el Padre Coraje durante su camino desde Jerez a Madrid

Elena Carmona

«No hay nada que no se consiga en esta vida. Es cuestión de luchar por una idea». De casta le venía al galgo. Estas son palabras recogidas del ‘Diario de la Verdad. Así soy’ del joven Juan Holgado , que fallecía un fatídico 22 de noviembre como consecuencia de 30 navajazos en su lugar de trabajo, la gasolinera de Martín Ferrador en Jerez de la Fronter a. Este domingo se cumplen 25 años de la desaparición de este joven para el que aún su familia sigue incansable pidiendo justicia . Una justicia que no llega y que les falló desde el minuto uno, porque a día de hoy se desconocen quiénes fueron los culpables de ese tremendo suceso que ha teñido de sangre y dolor la historia de Jerez para siempre.

Tenía 26 años, estudiaba psicología, tenía una novia y planeaba casarse. Tenía su futuro bien encarrilado y la mala suerte truncó sus planes. El cambio de turno a su compañero Bernardino en la gasolinera determinó un destino para ese joven que ni se merecía ni era esperado entre sus familiares y amigos. Una historia que cayó como un jarro de agua fría entre la población de Jerez que, a pesar del paso de los años, aún tiembla al recordar los sangrientos sucesos. Fueron 30 puñaladas dadas con saña y a las que el joven puso resistencia, a la vez que robaban unas 70.000 pesetas, botellas de alcohol y tabaco . A las 04.02 minutos se registraba la última operación en la caja y lo siguiente que consta es un ataque salvaje a un joven que había cambiado su turno de trabajo y al que dejaban agonizando tras asestarle esos navajazos.

Juan Holgado era «guapo, buena persona, con unos ojos preciosos e incluso religioso». Estos son algunas de las características que aparecen en el archivo de los medios de comunicación que se han hecho eco a lo largo los años de esta terrible historia, donde sus padres Francisco Holgado y su madre Antonia Castro se han convertido en personas muy conocidas tanto en las instituciones judiciales como en las policiales y en los medios de comunicació n . Escribía un diario donde hacía referencia a Dios, al prójimo e incluso al Reino de los Cielos, explica una locutora en un reportaje de televisión donde se acercaron a sus vecinos y amigos. Era buen deportista e incluso jugó en las categorías inferiores del Xerez .

A lo largo de estos 25 años se celebraron dos juicios . En 1999 (cuatro años después del cruento episodio) en el banquillo se sentaron cuatro individuos, tres de ellos delincuentes habituales que se declaraban inocentes . Se trataba de cuatro imputados por robo con homicidio . Hubo cambios en las declaraciones y versiones de los testigos y al final salían absueltos. Ante esta situación, Francisco Holgado decide disfrazarse para llevar a cabo su propia investigación . Quería que se hiciera justicia con su hijo y apostó por infiltrarse en los barrios más marginales de Jerez, donde la droga y la delincuencia campaban a sus anchas. Era finales de los 90.

Los que se sentaron en el banquillo en los dos juicios que se celebraron ABC

Cuatro años después, son admitidas las grabaciones realizadas por el que se llamaba «Padre Coraje» y el caso vuelve a los juzgados el 2 de diciembre de 2003. En esta ocasión a la Audiencia provincial donde Domingo Gómez, Francisco Escalante, Manuel Sañudo y Pedro Asencio vuelven a sentarse en el banquillo. Finalmente, esas cintas que pusieron en riesgo la vida del padre de Juan Holgado no sirvieron para probar la culpabilidad de los sujetos, quienes volvieron a salir en libertad. Ante la sentencia absolutoria, se presentaba un recurso de casación en el Tribunal Supremo por infracción de precepto constitucional de ley y quebrantamiento de forma , que acabó siendo rechazado.

Al final, ni los careos, ni los testigos protegidos, ni las pruebas encontradas como una mancha de sangre en una cazadora vaquera o una medalla con el signo de Virgo, n i las escuchas pudieron destruir la presunción de inocencia de los cuatro individuos que se habían sentado en el banquillo y quedaban en libertad por no existir pruebas de cargo suficientes. Se encontraron 23 huellas dactilares en el lugar del crimen de las que en 2016 el Juzgado de Instrucción número 1 de Jerez pedía su análisis.

Fueron pasando los años y la familia del joven asesinado no ceja en su empeño de hacer justicia, y en esta ocasión el Padre Coraje decide por el 20 aniversario de su muerte ir a pie desde Jerez a Madri d para que no prescribiese el caso por el asesinato de su hijo. Se habían encontrado unas huellas en un tetrabrick de zumo al haber restos de sangre . Al parecer, pertenecían a un politoxicómano que fallecía en 2006. Mientras tanto, Antonia Castro, la madre, se acercaba a Domingo Gómez ‘Dominguín’ con quien pretendía refrescar cuestiones del caso que no habían sido aclaradas durante los juicios pero que para ellos eran las claves. En Reporteros Jerez pusieron sobre la mesa nombres como el de Yolanda Castro Pacheco, que era toxicómana y ejercía la prostitución en el momento de los hechos y que en el juicio se retractaba de sus declaraciones donde implicaba a los cuatro acusados. También señalaron como clave para poder esclarecer los hechos a Bernardino, el compañero que le cambió el turno, y al Nano de Jerez, que estuvo esa noche en la gasolinera.

Todo fue un cúmulo de despropósitos : no se precintó el lugar del crimen, la investigación estaba llena de lagunas, que son aceptadas incluso desde los órganos judiciales y policiales.

Imagen del joven asesinado

Aún quedan huellas sin identificar, según afirman algunas voces, y además los escasos medios técnicos de la época hicieron un flaco favor a todo este suceso, que sólo ha contado con la perseverancia de unos padres que además, con el paso del tiempo, acabaron distanciándose y poniendo punto y final a su matrimonio. En estos momentos no hay buena relación entre ellos y sólo coinciden en lo que han supuesto estos años para ellos, en el recuerdo de un hijo al que tienen presente las 24 horas del día y al que no piensan dejar en la estacada.

Según fuentes relacionadas con el caso, se pidió el sobreseimiento porque habían prescrito los delitos . Y describen todo lo ocurrido con pesar porque «ni se acordonó la zona del crimen, fueron muchas personas las que entraron y pisaron en el lugar de los hechos, más tarde incluso se ordenó que se limpiaran las huellas»… En conclusión, un desastre , donde a pesar de haber realizado varios intentos por retomar la investigación, puesto que se volvieron a repetir todas las pruebas de todo lo que se tenía guardado como la moneda y la medalla y no se sacó nada en claro. Otras fuentes consultadas por La Voz admitían que fue un desastre el protocolo de inspección ocular en un hecho violento puesto que «deben preservarse todos los vestigios posibles por parte de los primeros intervinientes», y eso no se consiguió.

Los padres

A Juan Holgado aún le quedan sus padres que siguen sin cejar en el empeño de luchar porque se haga justicia.

Han pasado 25 años y Francisco Holgado asegura que «nos sentimos igual que el primer día, no ha cambiado absolutamente nada». Lleva separado de Antonia Castro 16 años y como cada día, sobre las 12 horas, se acerca al Cementerio de Jerez a visitar la tumba de su hijo . Francisco recuerda que se ha tirado 20 años afirmando que «no hay justicia, que la Policía es una organización muy bien desorganizada y no ha querido saber nada del caso, porque ellos fueron los que se equivocaron desde el principio». Asegura que al lugar de los hechos «no debían haber acudido como lo hicieron, sin guantes, tocándolo todo… Metieron la pata bien metida ». Este padre asegura que ha llevado una «lucha enorme. Y no es normal que hasta los 20 años no le pusieran a la huella del tetrabrick el nombre y apellidos». Quiere hablar de nuevo con otro abogado y preguntarle si a través de esas huellas se puede llegar a algún sitio porque «yo no puedo entender que la Policía mire para otro lado, que gente que vive de eso no haga nada. Nunca lo voy a entender».

«Ellos se equivocaron con lo de mi chiquillo y lo que han hecho es desviarlo todo. Ningún comisario ha hecho nada . En todas partes me han ido dando largas, me han mentido. El sistema sigue funcionando hoy en día, 25 años después, casi exactamente igual, no ha cambiado nada».

El Padre Coraje lo tiene muy claro « voy a seguir hasta el final . Voy a ir a la lucha, voy a denunciar, voy a estar en los juzgados, en la Comisaría y voy a poner firme a esta gente porque no hacen nada». A Francisco no le ha dado miedo disfrazarse, ni grabar las conversaciones con delincuentes habituales y con gente con la que nunca se había relacionado. «Yo vivía en un unifamiliar en el Olivar de Rivero, y los familiares del «Petra» (Pedro Asencio Ortega) me tiraron muñecos mutilados, me partieron el coche, me tiraron el gasoil, me han hecho perrerías y yo seguí en mi misma línea », relataba. No se arrepiente de nada de lo hecho en todos estos años, al contrario, asegura que seguirá en la lucha.

Mientras tanto, Antonia no para de moverse «por todos sitios. Y el domingo acudiremos al Cementerio a las 10.30 de la mañana y vamos a hacer un ofrenda de flores en la tumba de mi hijo ». La madre de Juan piensa seguir con la misma fuerza que el primer día y recuerda cómo su abuela murió con 101 años, sentada en un sofá esperando ver llegar a sus hijos a los que se llevaron en un camión en tiempos de la guerra y que seguramente acabaron en una cuneta.

Una imagen de Antonia Castro en 2001 cuando iba camino de los juzgados Paco Martín

Antonia Castro es muy crítica con el sistema porque «la jueza a mi no me da la cara, pero intentaré que lo haga, me sentaré junto a su despacho y tengo la esperanza de que un año u otro algo tenga que salir». En 25 años «es mucho tiempo, que haya que esperar algo más, ya entonces se sabrá cómo seguir». Se ha sentido desamparada por parte de los jueces, los policías, de todo el mundo… «No he tenido ayuda de nadie, excepto los cuatro amigos que siguen conmigo».

« Tengo a mi hijo presente a diario en el pensamiento, en el corazón , desde que me levanto hasta que me acuesto. Eso es indiscutible, es una realidad y por eso sigo luchando», relata esta madre.

Al final los dos tienen el mismo objetivo: que se haga justicia . «Mi hijo me tiene que dar fuerza para que esto salga adelante y que se sepa la verdad, la verdad de lo que pasó». Una verdad que aún sigue entre tinieblas después de que hayan pasado 25 años desde que Jerez amaneciera un 22 de noviembre teñida de sangre.

El derbi en Jerez con dedicatoria

«La ilusión de la vida de Juan era haber sido futbolista», contaba su madre. Este domingo a las 12 se juega en Chapín el derbi entre el Xerez DFC y el  Xerez CD . Un partido que se le dedica a Juan Holgado, fallecido ya hace 25 años en la gasolinera en la que trabajaba. Desde el Xerez DFC contaban que «la figura de Juan Holgado ha estado siempre estrechamente ligada al mundo del fútbol de la ciudad y su caso ha servido como lazo de unión entre todos los estamentos de la sociedad jerezana».

Juan Holgado ha estado muy presente en la historia del fútbol jerezano y en un encuentro de la liga 2018-2019 en el campo de La Juventud se mostraba una pancarta donde recordaban al joven jerezano asesinado en 1995.

La serie de Benito Zambrano

Este crimen y la decisión del padre del joven asesinado de adentrarse en los barrios marginales de Jerez servían de argumento para un libro de Francisco Javier Satué y Melchor Miralles, así como para la miniserie de tres capítulos Padre Coraje, que dirigía Benito Zambrano y se emitía en Antena 3 en 2002. Francisco Holgado criticaba que «lo han hecho a su forma, sin tener en cuenta nada, porque hablaron de una cosa y luego han hecho otra muy distinta. La familia no está contenta con la imagen que dan de lo que realmente ocurrió», mientras que la madre Antonia Castro aseguraba que «sólo servirá para que algunos ganen mucho dinero».

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